Filtran los primeros trapos (muy) sucios de Guillermo, el novio de Irene Rosales

En el fotomontaje Kiko Rivera en una imagen de archivo e Irene Rosales junto a Guillermo en una imagen en sus redes sociales
La nueva relación de la ex de Kiko Rivera, su primer amor tras separarse del hijo de Isabel Pantoja , destapa un pasado incómodo: infidelidades, engaños y críticas hacia la propia ex del DJ.

Según recoge EsDiario, la separación de Kiko Rivera e Irene Rosales no ha sido solo el cierre de un matrimonio. Ha sido la apertura de una caja de Pandora donde salen, uno tras otro, los secretos más incómodos de los protagonistas. Once años de relación, dos hijas y una promesa de “respeto mutuo” que, apenas unos días después de confirmarse la ruptura, ya empieza a tambalearse entre exclusivas, nuevos romances y viejas heridas.

Ella, que se apresuró a subrayar que no existían terceras personas, se vio envuelta casi de inmediato en una historia sentimental con Guillermo, un empresario sevillano con más sombras que luces en su pasado reciente. “Nunca fui infiel”, ha repetido Irene en todos los foros posibles —de los comunicados a las entrevistas televisivas—, mientras su discurso se mezcla con las imágenes de besos, paseos y caricias junto a su nueva pareja. Todo en tiempo récord, todo bajo los focos.

El problema es que Guillermo no ha llegado a esta historia precisamente impoluto. Detrás del galán que hoy ocupa las portadas, asoman versiones mucho menos románticas. Una de ellas, la de Vanesa, su ex pareja, que decidió romper su silencio en televisión. Su relato es demoledor. Según ella, el hombre que ahora conquista a Irene era, hasta hace poco, un marido infiel con una doble vida sentimental y una facilidad asombrosa para mentir.

“Cuando lo conocí estaba casado, pero me dijo que nunca había estado enamorado de su mujer”, confesó Vanesa, asegurando que Guillermo manejaba a la perfección el papel de víctima sentimental. Una estrategia que, según su testimonio, utilizó también con ella, prometiéndole una separación que nunca llegó. “Me engañó con otra, con Marta, y cuando lo descubrí, él ya hablaba con Irene por Instagram”, añadió.

Las palabras de Vanesa no se quedan ahí. Van más allá, dejando en evidencia el gusto del empresario por el famoseo. “Le encanta el mundo del corazón, le fascina codearse con personajes conocidos. Me dijo que se había cruzado con Irene Rosales y que ella le había contado que se separaba ‘del gordo calvo ese’”, relató sin filtros, en una frase que ha incendiado las redes.

Lo más sorprendente es que, siempre según su ex, Guillermo no tenía precisamente una buena opinión de Irene antes de conquistarla. “Lo tengo por escrito —asegura Vanesa—. Decía que era una niña de pueblo, que aguantaba demasiado y que era un poco cortita”. Una descripción que, viniendo de quien ahora presume de amor en público con ella, deja un regusto amargo y bastante hipócrita.

Fuentes cercanas al entorno de Kiko Rivera aseguran que el DJ ha recibido con resignación el espectáculo, aunque no sin cierto estupor. “Él también tiene lo suyo”, recuerdan, “pero esto ya es demasiado”. En su entorno nadie se atreve a negar que lo que está ocurriendo roza el surrealismo: una separación “amistosa” convertida en un festival de declaraciones, reproches y versiones cruzadas.

Mientras tanto, Irene Rosales insiste en que ha rehecho su vida desde la honestidad y el respeto, aunque los nuevos datos sobre el pasado de su pareja amenazan con enturbiar su relato. “Guillermo es un conquistador nato”, dicen quienes lo conocen, pero las historias que empiezan entre medias verdades suelen terminar igual que empezaron: en ruido.

Y este ruido, precisamente, es lo que más molesta en la familia Pantoja, que observa el espectáculo desde la distancia con una mezcla de cansancio y vergüenza ajena. De la discreción de Irene apenas queda el recuerdo, y de la elegancia, poco más que el deseo.