Filtración explosiva en Zarzuela: "la Infanta Sofía no cometerá el error de Elena y Cristina"

La hija menor de los Reyes ya ha cumplido 18 años. Es joven pero con un futuro ya marcado por Zarzuela: Felipe VI no permitirá que repita lo que sus hermanas han hecho en su vida laboral
En la imagen de archivo las infantas Cristina y Elena junto a su padre el rey Juan Carlos I
En la imagen de archivo las infantas Cristina y Elena junto a su padre el rey Juan Carlos I

Según recoge EsDiario, la Infanta Sofía alcanzaba la mayoría de edad este martes 29, y aunque lo hará lejos de los focos -soplaba las velas en Gales, donde completa el Bachillerato Internacional- su futuro, y sobre todo el modelo de monarquía que representa, está más definido de lo que muchos piensan. Porque si algo tiene claro Felipe VI es que Sofía no cometerá los errores del pasado, y eso incluye alejarla de la senda que tomaron sus tías Elena y Cristina, cuyas carreras en el sector privado acabaron ensuciando la imagen de la institución.

La discreción marcará este 18 cumpleaños. Ni fiestas, ni posado oficial, ni celebración en La Zarzuela. Los Reyes estarán con sus compromisos institucionales, y la Princesa Leonor continuará su formación en la Armada. Pero que no haya ruido no significa que no haya estrategia. Todo lo contrario: la Casa del Rey ya ha trazado un camino muy definido para la hija menor de los Reyes, y no pasa precisamente por fichajes en fundaciones bancarias ni en organismos con intereses cruzados.

Tal y como les venimos contando en ESdiario, a diferencia de su hermana, Sofía no tiene prevista formación militar. No es heredera, no será jefa de las Fuerzas Armadas, y por tanto su perfil es otro. Pero no menor. Zarzuela quiere a Sofía dentro del sistema, no fuera. Y eso supone una ruptura con el modelo aplicado en décadas anteriores, donde se permitía que miembros de la Familia Real trabajaran en la empresa privada. El Rey Felipe VI, que ha vivido en carne propia el deterioro institucional provocado por ciertas decisiones familiares, no está dispuesto a repetir la jugada.

Según el portal Informalia, fuentes próximas a la Casa Real confirman que el Rey considera que permitir a las Infantas Elena y Cristina desarrollarse profesionalmente al margen de la institución fue un grave error, que acabó derivando en situaciones de conflicto de intereses, pérdida de neutralidad y, en el peor de los casos, escándalos con repercusión judicial.

Por eso, aunque Sofía no tendrá un rol central como Leonor, su futuro estará siempre vinculado a la Corona y será tratado como una cuestión de Estado. Su formación podría continuar en el extranjero, con opciones como una universidad internacional de prestigio, al estilo de Georgetown -donde estudió el propio Felipe VI- o incluso con un año sabático supervisado desde la Casa Real. Pero no se contempla, en ningún escenario, una carrera libre en el sector privado. La consigna es clara: ni por cuenta propia ni a cuenta de otros, tal y como recoge el portal Informalia.

Sofía, que hasta ahora ha compartido casi idéntica formación con su hermana -desde la guardería de El Pardo al Colegio Rosales y después el UWC Atlantic College de Gales- empieza a partir de ahora a trazar un camino propio. Más discreto, sí, pero absolutamente esencial. Porque la monarquía necesita algo más que una heredera preparada: necesita una estructura cohesionada, sin grietas, sin tentaciones externas y sin figuras ambiguas.

Y ahí es donde entra Sofía. En cada aparición pública ha demostrado solvencia, serenidad y un perfil mucho más institucional del que algunos esperaban. Su presencia en actos como los Premios de Fotografía de Patrimonio Nacional o su inesperada intervención en el Palacio Real en diciembre de 2023 no han pasado desapercibidas en Zarzuela, donde ya se trabaja para convertirla en el gran comodín de la Casa Real: la figura que apoyará desde la segunda línea, pero siempre con funciones públicas y bajo el paraguas del Rey.

Amante del fútbol, con un perfil más relajado que el de su hermana y con un carácter que conecta con las generaciones jóvenes, la Infanta Sofía puede ser también una carta clave para acercar la monarquía a una sociedad cada vez más escéptica. Pero siempre desde dentro. Nunca como agente libre, como ocurrió con quienes acabaron pagando un precio demasiado alto por alejarse de la disciplina institucional.

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