Tras su dimisión: Letizia y su secretaria más personal acaban a palos en Zarzuela

Oficialmente se 'vendió' como una decisión forzada por circunstancias personales pero la realidad, como ya adelantaba ESdiario, es muy distinta para mayor disgusto de la Casa Real
El verdadero motivo del despido de la secretaria de Letizia causa pavor en Zarzuela
Tras su dimisión: Letizia y su secretaria más personal acaban a palos en Zarzuela

Según recoge EsDiario, al principio fue una elección histórica. En abril de 2024, la Casa Real marcaba un hito al nombrar, por primera vez, a una mujer como secretaria particular de la Reina Letizia. La elegida, María Dolores Ocaña Madrid, venía del Ministerio de Educación y aterrizaba en Palacio como símbolo de renovación. Con un cargo equiparable a una Dirección General, asumía no solo responsabilidades formales, sino también el reto invisible de encajar en el núcleo más sensible de la institución: el despacho diario de la Reina.

Pero lo que arrancó como un gesto de confianza y modernidad ha terminado, apenas quince meses después, en un final abrupto y lleno de interrogantes. Zarzuela anunció oficialmente la salida de María Dolores Ocaña aludiendo a "motivos personales". Sin embargo, como ya adelantó ESdiario en exclusiva, la realidad era otra: un enfrentamiento creciente con la Reina Letizia, plagado de diferencias tanto profesionales como personales.

Lo que se intuía como una colaboración prometedora se convirtió, con el paso de los meses, en una relación erosionada por desacuerdos de fondo. ESdiario reveló que las discrepancias llegaron a tal punto que el desgaste ya era irreparable. Y ahora, fuentes próximas a ambas figuras lo ratifican al portal Monarquía Confidencial, dando por buenas las tensiones de las que ya se hablaba en los pasillos silenciosos de Palacio.

Al principio, la complicidad parecía evidente. “María”, la llamaba Doña Letizia, con una familiaridad que denotaba proximidad y confianza. Se decía que se compenetraban, que formaban un tándem eficaz. Pero tras ese aparente entendimiento se escondía una fractura profunda, motivada por visiones distintas sobre el papel de la Casa, el trato con el personal, la gestión interna y la exposición pública.

Uno de los puntos de fricción, según supo MC, fue la ampliación de responsabilidades de Ocaña, quien iba a coordinar la agenda institucional de la Infanta Sofía. Aunque Sofía aún no tiene una agenda oficial establecida, las actividades que encabece serían organizadas desde el mismo despacho que lideraba Ocaña. Era una muestra de poder, de confianza. Pero también una fuente de conflicto.

Desde fuera, la noticia cayó como un jarro de agua fría. La presencia de Ocaña en la Casa gustaba. Era valorada su profesionalidad, su perfil técnico, su discreción. El anuncio de su dimisión no solo sorprendió: abrió una nueva grieta en un momento en que Zarzuela intenta proyectar estabilidad, mirar al futuro, fortalecer la imagen de la Princesa Leonor como próximo eslabón de la monarquía.

Ahora, la maquinaria palaciega se mueve en busca de una sucesora. Las fuentes habituales de Casa Real, consultadas por MC, señalan que doña Letizia es partidaria de que el relevo vuelva a ser una mujer. No por corrección política, sino porque considera esencial mantener ese gesto de continuidad que comenzó en abril de 2024.

Pero más allá de nombres y agendas, la salida de María Dolores Ocaña es mucho más que un relevo interno. Es el reflejo de las tensiones que hierven bajo la superficie en un lugar donde el protocolo lo cubre todo, incluso las grietas.

Comentarios
clm24.es/admin: