Nueva concentración de auxiliares del Museo Paleontológico que piden aplicar su convenio

CCOO Hábitat Cuenca ha mostrado el respaldo una vez más a las personas trabajadoras del Museo Paleontológico de Cuenca, sumándose a sus reivindicaciones para que "se les reconozca el trabajo que realizan y que va mucho más allá de lo que realmente deberían hacer, como es vigilar las salas".
En el manifiesto que han redactado, las trabajadoras explican que son el equipo que "despierta la curiosidad de todos los visitantes que por aquí pasan" y el que despide a la última familia que sale por la puerta, según ha informado CCOO en nota de prensa.
"Llevamos casi 9 años haciendo mucho más que vigilar salas, hemos respondido miles de preguntas en sala; atendido incontables grupos escolares, asociaciones, turistas, expertos; dado apoyo en todo tipo de eventos y asistencia a otros servicios del museo. Y lo hemos hecho con gusto porque creemos en nuestra labor y nos apasiona", han señalado. ç
Pero se han "cansado de ser invisibles" porque su situación "es insostenible" y consideran que reclamar unas condiciones dignas "no es mendigar, sino defender el valor de su trabajo". En el manifiesto recuerdan que el Museo no es solo un museo de dinosaurios, es un centro referente del patrimonio paleontológico, un espacio educativo y de divulgación científica y sus trabajadores desean que siga siendo así. "Pero merecemos el respeto y las condiciones adecuadas para cumplir esta tarea".
Entre las reivindicaciones del personal auxiliar figura la aplicación inmediata del convenio que les corresponde y el reconocimiento de su categoría real; el pago íntegro de los pluses de antigüedad, idiomas y jefatura, sin trucos de absorción ni letras pequeñas; y la regularización salarial acorde a las funciones que ya realizan y "no a las que figuran en un contrato desfasado".
Las personas trabajadoras han adelantado que seguirán saliendo a la calle hasta que haya un acuerdo digno donde se valore y se retribuya sus funciones y han insistido en que tienen que ser escuchadas por la Fundación Impulsa, que es de quien depende el contrato.