Crisis en el PP de Cuenca: alcaldes exigen Congreso y dimite un vocal de la gestora

Más de un centenar de cargos municipales reclaman recuperar la democracia interna en el Partido Popular de Cuenca, mientras la renuncia del alcalde de Villar de Cañas y las críticas por la salida de Prieto evidencian una fractura sin precedentes en la organización.
En la imagen de archivo el nuevo presidente de la gestora del PP de Cuenca, José Martín-Buro, junto al presidente regional del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez
En la imagen de archivo el nuevo presidente de la gestora del PP de Cuenca, José Martín-Buro, junto al presidente regional del PP de Castilla-La Mancha, Paco Núñez

El Partido Popular de Cuenca atraviesa la mayor crisis interna de los últimos años. Un total de 66 alcaldes y 40 portavoces municipales del PP conquense han hecho público un comunicado en el que exigen la convocatoria urgente de un Congreso Provincial que permita a los afiliados decidir quién debe liderar la organización. La reivindicación coincide con la dimisión de Alejandro Pernías, alcalde de Villar de Cañas, como vocal de la Comisión Gestora constituida esta misma semana, y con un creciente malestar interno por la salida del anterior presidente provincial, Benjamín Prieto, cuya destitución ha sido calificada por parte de la militancia como “una absoluta injusticia”.

Los alcaldes y portavoces firmantes —una representación territorial amplia que abarca tanto la Serranía como la Alcarria y la Mancha— alertan de que la cercanía del ciclo electoral de 2027 exige un partido fuerte, cohesionado y renovado. Recuerdan que los Estatutos del PP establecen claramente que el afiliado es el centro de la organización y que la elección de sus dirigentes debe hacerse “con transparencia, participación y garantías democráticas plenas”. Con ese espíritu reclaman que el Congreso Provincial se convoque sin más demoras, para reforzar la unidad y mantener la cercanía a los pueblos, un eje político que consideran indispensable en una provincia con fuerte dispersión rural y poblaciones en riesgo de despoblación.

Los firmantes sostienen que no se puede afrontar un calendario decisivo —municipales, autonómicas y nacionales— con una dirección provisional en la provincia, y destacan que el Congreso no es solo una cuestión de legitimidad interna, sino también electoral: lograr el respaldo social en Cuenca pasa por activar la base del partido, generar ilusión y escuchar a los más de 4.000 afiliados que la formación conserva en el territorio.

El comunicado sigue sumando adhesiones en las últimas horas, y entre sus impulsores figuran ayuntamientos emblemáticos para el PP conquense, como Campillos Paravientos, Landete, El Provencio, Huete, San Clemente, Casasimarro, Belmonte o Villar de Cañas, donde el apoyo al proyecto popular ha sido históricamente determinante en las urnas.

Sin embargo, la dirección provisional del partido no ha respondido públicamente a esta demanda colectiva, lo que ha contribuido a un creciente clima de desconcierto en las bases. Ese descontento tomó forma institucional este martes, cuando Alejandro Pernías, apenas unas horas después de que fuese nombrado integrante de la Comisión Gestora y del Comité Ejecutivo Provincial, presentó su dimisión irrevocable de ambos órganos.

En una carta enviada al nuevo presidente de la gestora, José Martín-Buro, Pernías argumenta que no encuentra motivos estatutarios ni políticos para que la convocatoria del Congreso Provincial se retrase, máxime tras la salida del anterior presidente: “Mi presencia en la gestora resulta vacía de toda función si no se abre el proceso democrático que corresponde”, sostiene el regidor de Villar de Cañas, que había aceptado entrar en la gestora con la intención de “unir, sumar y dar voz a los afiliados”.

Su renuncia, explican cargos próximos, no es un gesto aislado, sino la expresión visible de un desconcierto extendido en una parte del partido que teme que la gestora se prolongue artificialmente y acabe funcionando como una dirección de facto. La renuncia de Pernías apunta directamente al núcleo del conflicto: si no hay Congreso, no hay un proyecto político refrendado por los afiliados.

El debate interno ha escalado en los últimos días con la publicación de un artículo firmado por Miguel A. Olivares Cobo, concejal y exalcalde de Mota del Cuervo, que ha puesto voz al sector más crítico con el relevo de liderazgo. En su texto, Olivares subraya que Benjamín Prieto —alcalde de Fuentelespino de Haro durante 26 años y presidente de la Diputación durante dos legislaturas— es una figura muy valorada en la provincia, no solo en su partido sino también a nivel institucional.

Recuerda que, bajo su mandato, el PP consiguió sus mejores resultados electorales en Cuenca en la etapa reciente, con victorias en las elecciones generales tanto en Senado como en Congreso. Olivares alerta de que no se ha explicado a la militancia por qué se ha apartado a Prieto a pesar de esa fortaleza electoral y sin que se le conozca escándalo alguno. Para el exregidor, todo apunta a un “cambio impuesto desde arriba” y motivado por rencores y luchas orgánicas, una práctica que considera incompatible con la democracia interna que el PP presume defender.

Su conclusión es categórica: apartar a quien el 97% de los afiliados respaldó en el último congreso provincial es, para muchos militantes, un acto de desautorización directa a la base del partido. “Es una total y absoluta injusticia”, afirma en el texto, advirtiendo que el coste político de esta decisión podría acabar pagándolo toda la provincia.

Entre los cargos municipales consultados se repite una idea: la sensación de que se está poniendo en riesgo la cohesión interna justo cuando el PP gobierna en el mayor número de municipios conquenses en dos décadas y se encuentra en condiciones de consolidar su ventaja electoral sobre el PSOE.

Las próximas semanas serán decisivas para observar si la dirección regional atiende la demanda de Congreso y si es capaz de reconducir un conflicto que ha pasado de ser una discusión interna a convertirse en una crisis estructural que amenaza con abrir una brecha profunda entre bases y dirección.

Por ahora, lo único claro es que el PP de Cuenca se juega su futuro inmediato en la forma en la que decida escuchar —o no— a sus alcaldes, portavoces y afiliados.

Comentarios