En Yemen se vive "una crisis más silenciosa" aún

Cerca de dos millones de niños no pueden asistir a clase pues son muchas las escuelas que han cerrado.

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La situación en Yemen va empeorando de manera progresiva, siendo cada vez más los millones de personas que necesitan ayuda para sobrevivir. Pero además, dentro de esta crisis humanitaria, que ya se perfila como una de las más graves, se está produciendo “una crisis más silenciosa” de la que se habla menos. Se trata de los dos millones de niños y niñas que no pueden asistir a la escuela, y la falta de docentes para que aquellos que sí van, puedan recibir la educación que les corresponde.

En palabras de la representante del Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF) en Yemen: “La de la educación es una crisis más silenciosa que no ha llamado la atención pero que puede tener efectos devastadores para el futuro". Según ésta, es una crisis “que se ha ido labrando poco a poco”, dado que a antes de que estallara el conflicto, había 1,5 millones de niños y niñas en el país que se encontraban fuera del sistema de educación primaria, mayoritariamente niñas.

Casi dos millones de niños y niñas no pueden asistir a clase, y los que van, no reciben una formación adecuada

Actualmente, son casi dos millones los niños y niñas que no van a clase, sobre todo porque muchas escuelas han cerrado. A lo cual cabe añadir que los que siguen haciéndolo, están recibiendo una formación muy incompleta. Prácticamente 4,5 millones de niños y niñas sufren la falta de profesores, ya que casi tres cuartas partes de estos no cobran su salario desde octubre del año 2016. Ante una situación como esta, ayudar a niños en situación de pobreza se convierte en una cuestión de vital importancia.

En las escuelas de chicas, donde el profesorado es tan solo femenino, algunas profesoras que tienen en sus casas a otro miembro de la familia con ingresos, han continuado “dando clases gratis por sentido del deber”. No obstante, el 73% del profesorado está conformado por hombres, muchos de los cuales han tenido que abandonar las clases y buscar otras vías de ingresos para sostener a sus familias.

La situación se agrava en el norte del país, controlado por los rebeldes huthis

Este problema es especialmente grave en el norte, la zona controlada mayoritariamente por los rebeldes huthis, en la que existen aproximadamente 173.000 profesores sin sueldo. A lo cual hay que sumar que 2.500 escuelas no se encuentran operativas: dos tercios de estas porque han sido dañadas por la violencia, un 27% porque han sido cerradas, y el 7% porque son utilizadas por las partes beligerantes o usadas como refugio para los más de dos millones de desplazados internos que existen en el país.

De modo que aquellos que sí pueden seguir asistiendo a sus clases, se encuentran con una jornada que dura tan solo unas horas, dado que los profesores, al no cobrar su sueldo, no pueden dedicar todo su tiempo a impartir lecciones. Razón por la cual, “se ha perdido la calidad de la educación”.

 

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