Motivos por los que se piden muchos más créditos por Internet que presencialmente
No hay que echar la vista muy atrás para dar con una época en la que los préstamos se solicitaban en su gran mayoría por medio de una oficina física. Independientemente de si se recurría a una entidad crediticia o bancaria, los castellano-manchegos y españoles en general preferían acudir presencialmente.
Estamos hablando de principios de los dosmil, años en los que todavía generaba alguna incerteza realizar determinadas operaciones financieras a través de Internet. Sin embargo, todo ha cambiado en cuestión de pocos lustros. A día de hoy un elevadísimo porcentaje de los créditos que se piden son solicitados vía online. ¿A qué se debe esta tendencia?
Los créditos son más rápidos y sencillos que nunca
Uno de los cambios de mayor importancia que Internet ha logrado introducir en multitud de sectores hace referencia no solo a la celeridad, sino también a la sencillez. Así lo demuestran los créditos rápidos y faciles.
El primer término principalmente se refiere a evitarles a los clientes cualquier tipo de desplazamiento. Antiguamente los consumidores, indistintamente del factor económico que les llevase a necesitar ayuda monetaria, debían coger el coche hasta llegar a la oficina para recibir la atención del profesional encargado.
De hecho, los desplazamientos no terminaban aquí. Y es que tras recibir la correspondiente información, debían regresar a posteriori llevando físicamente toda la documentación necesaria para la tramitación del préstamo: desde una fotocopia del DNI hasta la nómina.
Innegablemente ello se traducía en una pérdida de tiempo que, por suerte, en la actualidad es evitada por completo optando por las alternativas en línea. La rapidez es máxima durante el transcurso de toda la operación, empezando por la obtención de información.
Antes de firmar el contrato el cliente puede consultar todos los datos que necesita saber para decantarse por una u otra entidad crediticia. Nos referimos a aspectos tan importantes como el TIN y los requerimientos para tramitar la solicitud.
Los prestamistas online permanecen operativos durante las 24 horas del día para que, sea cual sea el momento de la jornada en el que se pida un crédito, la concesión del mismo llegue tras haber transcurrido solo un cuarto de hora.
Por supuesto, la cantidad de tiempo varía en función de la empresa elegida, pero la gran mayoría demuestran una celeridad pasmosa en este sentido. Aunque tal dosis de rapidez sería inviable si los usuarios tuvieran que lidiar con dificultades a la hora de llevar a cabo los trámites. Precisamente a raíz de este aspecto sale a colación el otro mencionado en anteriores líneas: la sencillez.
Hoy en día pedir un crédito es pan comido. Los prestamistas son plenamente conscientes de que cada consumidor cuenta con unas necesidades distintas a las de los demás. Por este motivo ofrecen un alto nivel de personalización a la hora de solicitar las soluciones crediticias.
Las barras de desplazamiento son ideales para tal fin. La primera de ellas permite ajustar la cuantía a percibir. Los microcréditos de 300 euros son muy exitosos, así como aquellos de mayor cuantía, tales como los préstamos 1500 euros.
De poco serviría no tener que salir de casa para pedir un crédito si las complicaciones surgieran una tras otra realizando la transacción desde el propio hogar. No es el caso de la práctica totalidad de prestamistas que operan a través de Internet, los cuales disponen de portales en línea muy intuitivos.
Y no es para menos, puesto que no todos los usuarios que necesitan una solución de urgencia para poner en orden su situación económica tienen conocimientos de informática e Internet en general. Así pues, se opta por simplificar al máximo las interfaces gráficas, dando pie a que las acciones a efectuar se completen con tan solo un par de clics.
El auge de las versiones móviles
En párrafos anteriores ha sido mencionado el hecho de que hace décadas, determinadas operaciones por Internet no triunfaban por no trasladarles demasiada confianza a los usuarios. Aunque no era el único motivo: muchos de ellos también se mostraban reacios a tener que encender el ordenador.
Pero, ¿y si existiera la posibilidad de pedir un préstamo en cualquier momento, de forma instantánea, y sea cual sea el lugar en el que uno se encuentre? En ello pensaron los prestamistas y tanto los móviles como las tablets lo hicieron realidad.
Actualmente es imparable el auge de toda clase de versión móvil, ejemplificándolo desde las webs responsive que se adaptan perfectamente a multitud de dispositivos hasta las apps propias de las entidades crediticias. De hecho, poco a poco van superando a los PC y portátiles en porcentaje de uso.
No siempre las necesidades monetarias surgen teniendo un ordenador a mano. En cambio, el smartphone siempre acompaña a los castellano-manchegos en el bolsillo, pudiendo solucionar cualquier imprevisto económico pidiendo el correspondiente crédito y recibiendo tanto la aprobación como la transferencia en un tiempo récord.