Dentro del Prado: un recorrido seleccionado por sus obras más importantes

¿Te has preguntado alguna vez cómo sería entrar al Prado con alguien que sabe exactamente dónde están las joyas artísticas? No perderte entre pasillos y y disfrutar de las obras más famosas sin dejar escapar ningún detalle, además de comprender por qué ciertas obras siguen emocionando tanto, siglos después de su creación.
El Museo del Prado es el más visitado de España. En 2024, por ejemplo, rompió su propio récord al conseguir más de 3,45 millones de visitantes. De ellos, el 60 % eran extranjeros, lo que confirma que el turismo cultural en Madrid es alto.
Con tanta gente interesada en entrar, lo ideal es planificar con antelación. Las visitas guiadas al Museo del Prado son una gran opción porque evitas colas, igues un recorrido bien diseñado y te diriges directamente a lo que más te interesa.
Ruta recomendada: de Velázquez a El Bosco
No hay una única forma de recorrer el Prado, pero algunas funcionan mejor que otras. Las visitas guiadas suelen organizarse en rutas de 90 a 120 minutos que te llevan directamente a lo más esencial. Muchas empiezan con Velázquez, siguen con Goya y El Bosco, y cierran con una selección de maestros italianos y españoles. Maestros italianos y españoles.
Esta es una buena forma de ver cómo fue cambiando la pintura europea a lo largo de los años, a través de obras que realmente marcan época.
Velázquez: juegos de perspectiva
El punto de partida suele ser “Las Meninas” (1656), que es una de esas pinturas que uno podría mirar por horas. Velázquez se autorretrata mientras pinta a la infanta Margarita, rodeada de sus damas.
Todo parece una escena cotidiana hasta que empiezas a notar detalles: los personajes que nos miran, el espejo al fondo que refleja a los reyes, el lugar ambiguo del espectador. Nada está ahí porque sí. Es un juego de perspectivas y de significados que convierte al cuadro en algo mucho más profundo. Es una reflexión sobre el arte, el poder y el lugar del propio Velázquez en la corte.
Goya: de la ligereza a la oscuridad
Después viene Goya, que tiene una de las trayectorias más radicales de todo el museo. Muchos recorridos lo presentan desde sus comienzos alegres, con los cartones para tapices ligeros y llenos de vida, hasta su etapa más cruda y personal, que son las pinturas negras, hechas directamente sobre las paredes de su casa.
Estas obras se pueden ver en el museo porque fueron trasladadas a un lienzo y siguen impresionando por su tono oscuro y esa mirada crítica que tenía hacia la sociedad y la religión de su tiempo.
Una parada que suele impresionar a los visitantes es “Los fusilamientos del 3 de mayo” (1814), donde Goya retrata con brutal honestidad la represión napoleónica. Por la luz y el silencio que se perciben, es uno de esos cuadros emocionan profundamente.
El Bosco: un mundo aparte
La sección flamenca se vuelve inolvidable con El Bosco. Su famoso tríptico “El jardín de las delicias” (1490–1500) es un viaje visual por el paraíso, la vida terrenal y el infierno. Está lleno de detalles curiosos, criaturas imposibles y símbolos que todavía hoy se debaten.
Lo ideal es verlo a cierta distancia primero y después acercarse a explorar cada escena. No se sabe con certeza para qué fue creado, pero su capacidad de fascinar sigue intacta.
Los grandes del Prado: italianos y españoles
Para cerrar, muchos tours pasan por la Galería central, donde cuelgan obras de Rubens, Tiziano, Rafael, Tintoretto, El Greco, Ribera o Zurbarán. Es una sala que invita a comparar estilos: por ejemplo, el color vibrante de Tiziano frente al dramatismo de Ribera, o el toque casi espiritual de El Greco.
Algunos guías aprovechan para hablar del vínculo entre el museo, la iglesia de San Jerónimo el Real (justo detrás) y el Paseo del Prado, que conecta con otros grandes museos de la ciudad.
Visitar el Museo del Prado sin un plan puede resultar abrumador , hay tanto por ver que es fácil acabar cansado sin haber disfrutado de verdad.
Por eso, seguir un recorrido bien planificado, mejor aún si es con un guía, te permitirá centrarte en lo esencial y descubrir las obras clave para comprender la evolución de la pintura a lo largo del tiempo.