El 12 de octubre de 1492, Cristóbal Colón y sus hombres desembarcaron en la isla de Guanahaní, bautizada por Colón como San Salvador, que el navegante nacido en Génova (Italia) bautizó como San Salvador. En aquella primera expedición, el marino Rodrigo de Jerez y el intérprete Luis de Torres se encontraron con fumadores cuando exploraban una de las islas caribeñas. El tabaco asombró a los exploradores, especialmente a Rodrigo de Jerez, que volvió de América con el hábito de fumar. “Hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mujeres y hombres, con un tizón en la mano, (y) yerbas para tomar sus sahumerios que acostumbraban”, así describió Rodrigo de Jerez la crónica del hallazgo del tabaco.
El tabaco llegó a Europa, como muchas otras cosas, de la mano de la expedición española encabezada por Colón con el descubrimiento de América. A principios del siglo XVI, los mendigos de Sevilla comenzaron a aprovechar los desechos de las hojas de tabaco que llegaban de América, ya que el puerto de la ciudad andaluza recibió todo el tráfico marítimo castellano y aragonés con el Nuevo Mundo. Trituraban los desperdicios de las mercancías para posteriormente liarlos en finas hojas de papel de arroz, improvisando así los primeros cigarrillos. Para encontrar los primeros cigarrillos manufacturados y empaquetados hay que remontarse al año 1825.
En 1925, el inventor húngaro Boris Aivaz patentó el proceso de fabricación de un filtro de cigarrillo con papel crepé. Insertado en un extremo del cigarrillo, evitaba fácilmente la fuga de tabaco y, al mismo tiempo, era más cómodo para dar una calada que la punta desnuda del cigarrillo. Sin embargo, hubo que esperar a la década de los años 30 para que se desarrollara una máquina que fabricaba cigarrillos incorporando el filtro con punta. Hoy en día, más de mil millones de personas siguen fumando diariamente en el mundo, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, millones de personas siguen sin saber cómo funciona y para qué sirve el filtro del tabaco.
¿Para qué sirve el filtro del tabaco?
La misión del filtro del tabaco es filtrar las partículas tóxicas del humo que desprenden los cigarrillos al quemarse. Muchas de las partículas nocivas del humo del tabaco son cancerígenas, por lo que es fundamental su filtración a la hora de fumar. Además, el filtro mantiene las hebras del tabaco lejos de la boca del fumador cuando fuma un cigarrillo. Hoy en día, estos elementos fabricados en acetato se compran en estancos, donde venden bolsas con un gran número de filtros para ponerlos en los cigarrillos que se lían a mano o máquina. Existe una gran variedad de filtros para tabaco. Los filtros regulas y slim de polipropileno son los más extendidos en el mercado, aunque los fumadores pueden encontrar otros como los filtros de carbón activo, que atrapan y reducen algunos de los elementos más nocivos del tabaco.
¿Cómo hacer un filtro casero para tabaco?
Aunque están fabricados en acetato, hay varias maneras sencillas de hacer un filtro casero para tabaco con objetos cotidianos. El mejor material para un filtro casero es el papel rígido, que debe ser algo más grueso que el papel de impresora, pero más delgado que el papel de una caja de cereales.
La mejor forma de hacer un filtro casero para tabaco es agregando algunos pliegues en forma de acordeón antes de enrollar el papel rígido. Para empezar, hacemos algunos pliegues al final del papel rígido. Puedes hacer los pliegues tan anchos como quieras que sea el filtro casero final, aunque debes asegurarte de no arrugar el papel al doblarlo. La cantidad de pliegues depende de cada persona. Algunas personas hablan de hacer una forma de M dentro del filtro casero, mientras que otras prefieren una V simple. En cualquier caso, cada fumador debe experimentar para descubrir qué es lo que más le gusta. Una vez realizados los pliegues oportunos, hay que envolver todo el papel y enrollar el filtro casero entre los dedos de la mano. Finalmente, colocamos el filtro casero en el extremo del papel de liar y lo enrollamos en el cigarrillo.
¿Cómo fumar tabaco sin filtro?
El tabaco de liar es la mejor forma de fumar tabaco sin filtro. El tabaco de liar se utiliza para fabricar cigarrillos de fabricación propia enrollando a mano el tabaco en papel de fumar. De esta forma, los fumadores tienen la opción de fabricar cigarrillos sin filtro. Para poder hacerlo, hay que comprar el tabaco suelto y el papel de fumar. Hoy en día, los estancos cuentan con todos los accesorios de diferentes marcas comerciales necesarios para los fumadores que prefieren fumar tabaco sin filtro. Aunque este tipo de cigarrillos se pueden preparar a mano, los fumadores pueden encontrar máquinas de liar que permiten conseguir una mejor uniformidad a la hora de enrollar el cigarrillo.
