El acusado de abusar en Almansa de la novia menor de su hermano niega los hechos

Un hombre está siendo juzgado en la Audiencia Provincial de Albacete acusado de conductas ilícitas hacia la pareja de su hermano en verano de 2021. Él niega haber actuado de forma inapropiada, mientras Fiscalía y acusación particular mantienen la versión de la denunciante. El proceso ha quedado visto para sentencia tras escucharse declaraciones contradictorias.
En la imagen de archivo el Palacio de Justicia sede de la Audiencia Provincial de Albacete y del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCLM), juzgados, TSJCM,
En la imagen de archivo el Palacio de Justicia sede de la Audiencia Provincial de Albacete que ha acogido la vista contra el acusado

El hombre acusado de abusar de la novia de su hermano, menor de edad en el momento de los hechos, ha negado los presuntos hechos ocurridos en su domicilio en verano de 2021 durante el juicio que se ha celebrado este lunes en la Sala Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete.

La Fiscalía y la acusación particular han sostenido que el joven, mayor de edad entonces, aprovechaba las situaciones en las que ambos se quedaban solos en el domicilio familiar para abusar sexualmente de ella en repetidas ocasiones mediante tocamientos por debajo de la ropa, así como también le ofreció sustancias estupefacientes (marihuana, que la menor llegó a consumir, y cocaína, que rechazó).

Además, también han reafirmado, tal y como constaba en el escrito de acusación, que el procesado envió dos vídeos de contenido sexual a la menor en ese tiempo, así como diversas propuestas de carácter sexual por WhatsApp.

El acusado ha asegurado la falsedad de todos estos hechos y ha argumentado que en ningún momento pensó que la víctima tenía 14 años en el momento ocurrido, creyendo que tendría en torno a la edad de su hermano, de 17 años. "A veces coincidíamos todos pero nunca me quedé a solas con ella y jamás le ofrecí drogas ni le envié ningún video", ha afirmado durante su declaración, en la que sí ha reconocido ser un consumidor de cannabis.

Tanto el hermano del acusado como la madre de ambos y la novia que tenía entonces han defendido el mismo argumento, alegando que en el domicilio no se consume ninguna sustancia estupefaciente y que el acusado pasaba la mayor parte del tiempo con su hijo, de entonces unos siete años de edad, en otra parte del domicilio, o trabajando.

No obstante, tanto el testimonio de la propia víctima como la vida laboral del acusado han ofrecido una versión diferente. "Él aprovechaba que mandaba a su hermano a comprar cosas al chino para quedarse a solas conmigo", ha declarado la víctima, quien ha detallado que en al menos cuatro ocasiones la arrinconó en diversas partes de la casa para tocar sus genitales por debajo de la ropa.

"Me amenazaba con que si decía algo le diría a mi hermano que yo le había provocado y que pensarían que era una puta", ha testificado la joven, asegurando que desde entonces padece problemas de confianza y de relaciones sociales.

"Yo iba a la casa a fumar la droga que me ofrecían", ha explicado la víctima, aclarando que nunca le contó los abusos a su novio, el hermano del acusado, ni a nadie en aquel entonces, porque "no sabía cómo gestionar la situación porque era una chiquilla".

Meses después, la víctima le confesó a una prima suya que el acusado le había enviado dos vídeos explícitos en aquella época y fue esta quien informó a la madre, quien finalmente puso la denuncia casi un año después. La madre de la víctima ha aclarado que tardó tanto tiempo en denunciar porque una depresión le impidió ver la gravedad del asunto.

"Cuando ya empecé a recuperarme vi los videos y me di cuenta de lo que había pasado. Entonces mi hija ya me contó todo y fui inmediatamente a denunciar", ha declarado durante el juicio.

La defensa del acusado ha remarcado que las pesquisas policiales no comprobaron en ningún momento el origen del vídeo, en el que no se verifica la identidad del acusado y al que no le pidieron el móvil para comprobar la veracidad de la acusación, motivo por el que ha pedido la impugnación de la prueba.

"Se trata de una prueba viciada que carece de cotejos judiciales y que se entregó por la madre de la supuesta víctima. Ni siquiera se entregó el móvil original porque se había roto en el momento de la denuncia", ha remarcado la abogada defensora.

Del mismo modo, la defensa ha insistido en que la víctima no ha aportado ninguna prueba psicológica al juicio que verifique los trastornos que haya podido sufrir por el presunto abuso, a pesar de que esta ha asegurado que acudió a terapia los meses posteriores de la denuncia.

Tanto el ministerio Fiscal como la acusación particular han dado por probados los hechos en base "a la coherencia del testimonio de la víctima", que ha sido similar al que dio en su día en el Juzgado de Instrucción. Por el contrario, han señalado a la "incoherencia" del acusado, quien en ese primer testimonio confesó haber enviado los vídeos "porque ella le correspondía".

El procesado ha justificado el cambio de testimonio asegurando que cuando se le detuvo en un primer momento "estaba tan nervioso que no sabía ni qué me preguntaban".

La defensa, además, ha insinuado que la madre interpuso la denuncia después de sufrir un robo en su casa del que hizo responsables al hermano del acusado y al mismo, según la madre de estos ha declarado. "Nos llamó amenazando con que nos iba a denunciar como represalia", ha testificado la madre del acusado.

La Fiscalía y la acusación particular han considerado los hechos constitutivos de un delito de abuso sexual a menores de 16 años por el que pide cinco años de prisión. otro delito de exhibicionismo continuado por el que solicita otro año de prisión y un último delito de tráfico de drogas a menores por los que pide otros siete años de prisión.

Además, han solicitado también una indemnización de 5.000 euros por los perjuicios morales causados. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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