Page cree “absurdo” pensar que Puigdemont respetará más a un Gobierno “de rodillas”
Antes del acto institucional del Día de la Constitución celebrado este miércoles en las Cortes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page trazó un diagnóstico especialmente crítico sobre la relación del Gobierno con Junts y sobre la estabilidad de la legislatura. Sus declaraciones se produjeron en un momento de tensión política tras un nuevo intento de acercamiento del Ejecutivo con el partido de Carles Puigdemont y después de que Pedro Sánchez calificara a José Luis Ábalos como “un gran desconocido” en lo personal.
En los pasillos del Parlamento autonómico, el presidente castellano-manchego se detuvo con los medios para profundizar en las consecuencias que, a su juicio, está teniendo la dependencia del Ejecutivo central de los apoyos de Junts. Con un discurso que mezcló advertencias sobre el modelo territorial y reflexiones sobre el rumbo interno del PSOE, García-Page insistió en que la legislatura solo podrá sostenerse “si se cumplen los compromisos con la ciudadanía”, algo que, según lamentó, “no siempre está ocurriendo”.
“No se merece la gente de Puigdemont que el Estado se ponga de rodillas”
García-Page reaccionó con contundencia al real decreto para flexibilizar la inversión municipal pactado con Junts y al ofrecimiento del presidente del Gobierno para reunirse con Puigdemont si se retoman las conversaciones. Según dijo, “la gente de Puigdemont no se merece que el Estado o sus principales representantes se pongan de rodillas”, una postura que considera contraproducente e injustificada.
Recordó que “Junts no ha respetado al Gobierno cuando se le ha hablado de pie”, por lo que, en su opinión, “pensar que de rodillas se les va a respetar más es un absurdo”. Señaló también que parte de la izquierda parlamentaria podría estar “entregándose a la agenda de la derecha catalana conservadora”, especialmente en materias como vivienda o migración, ámbitos en los que, subrayó, “no se puede transaccionar la igualdad”.
El presidente autonómico afirmó que hará “todo lo posible” para evitar que se introduzcan en la negociación política elementos que rompan la cohesión territorial: “La igualdad no se puede poner en el mercado de la transacción política, de ninguna de las maneras; y menos por un socialista”, sostuvo, marcando distancia con la estrategia del Ejecutivo.
A su juicio, ya se han producido “demasiadas cesiones”, una situación que a su entender ha generado un “hartazgo generalizado” tanto por el avance del independentismo como por las consecuencias que estas dinámicas han tenido para la convivencia: “No han traído más que dolor a Cataluña y dolor al conjunto de España”.
Advertencia interna: “El PSOE puede llevarse un disgusto considerable”
Dentro del análisis político, García-Page puso el foco en el efecto que esta línea estratégica puede tener sobre el futuro del PSOE. Si el partido planteara en unas próximas elecciones continuar por esta senda, “nos podemos llevar un disgusto muy considerable”, dijo, antes de advertir del riesgo que implica “presumir de haberse arrodillado ante Puigdemont” y presentar “seguir así” como oferta electoral.
En lo relativo a la estabilidad de la legislatura, el presidente autonómico mantuvo una posición prudente, aunque clara en sus límites. Admitió que “se puede gobernar así”, con un Ejecutivo apoyado en fuerzas como Junts, pero insistió en que lo esencial es comprobar “si se puede o no cumplir lo prometido” a la ciudadanía. En este sentido, denunció que “hay muchas cosas que no se han cumplido y otras en las que literalmente se ha hecho lo contrario”.
Dejó en manos de Sánchez la decisión de continuar con esta dinámica, pero avisó de que cada vez más ciudadanos están valorando “cuál es el coste de aguantar a cualquier precio”, un coste que, según remarcó, “al final hay que pagar”.
Ve “complicado” separar lo personal de lo político en el caso Ábalos
Preguntado por las palabras de Pedro Sánchez en las que aseguraba que José Luis Ábalos le resultaba “un gran desconocido” en lo personal, García-Page afirmó ignorar qué tipo de relación personal mantenían ambos. Sin embargo, reconoció que en la vida pública “distinguir lo personal y lo político a veces es muy complicado”.
En este marco, quiso reiterar que “nunca ha pensado” que el presidente del Gobierno ni su familia se movieran en un entorno de “avaricia económica”, una convicción que dijo mantener. No obstante, al referirse al entorno investigado en el caso Koldo, fue rotundo: “Este grupo de primarios está haciendo un boquete muy considerable a todos los socialistas y al mundo del progreso en España”.
Los calificó así por su comportamiento, que considera una “falta de ética” y contrario a los principios que el PSOE ha sostenido históricamente. Subrayó que este tipo de conductas “resultan verdaderamente dañinas” y generan “vergüenza” dentro del partido porque erosionan la confianza de quienes han apoyado al socialismo durante décadas.
En particular, se detuvo en el impacto del caso sobre la credibilidad feminista del PSOE: “Me imagino a miles y millones de mujeres que han confiado siempre en el partido que ha impulsado el feminismo; me duele pensar que puedan creer que la mayoría somos así”, afirmó. Reiteró que se trata de “un pequeño grupo de primarios”, pero cuya acción está produciendo “un boquete considerable” a la reputación del proyecto socialista.