Pues va a ser que no
Como se temía Miriam Nogueras, portavoz de Junts en el Congreso, las trasferencias sobre inmigración no llegarán a Cataluña. El cabreo de Puigdemont y los suyos sube decibelios. Y, además, deja en evidencia la fragilidad de la formación de Yolanda Diaz ya que algunos socios, como Compromis, también han votado en contra. No es que la vicepresidenta y ministra de Trabajo tenga últimamente buenas relaciones con Junts, pero se tragó su malestar y votó el pacto del Gobierno con los independentistas.
Los verdaderos autores del fracaso de la iniciativa que iba a permitir a la Generalitat, gobernada por el PSC con el apoyo de los Comunes, gestionar todo lo relativo a la inmigración, han sido los diputados de Podemos. No sin razón, argumentan que una formación de derechas, como es Junts, que está compitiendo con Alianza Catalana en su batalla contra los inmigrantes, quiere las competencias para recortar derechos. Ione Belarra ya había dejado claro que, para Podemos, "el racismo es una línea roja" y consideraba que el proyecto era una muestra del "racismo y discurso de odio contra las personas migrantes". Conviene ahora recordar que la portavoz de Junts en su pregunta a Pedro Sánchez, en la sesión de control, vinculó el aumento de la delincuencia con la inmigración.
Pese a que Salvador Illa se ha propuesto no romper un plato en su relación con los independentistas, no parecía muy contento de que le llegara una competencia para la que la Generalitat carece de funcionarios que puedan gestionarla de un día para otro. De hecho, Junts no consultó con nadie cuando exigió a Sánchez, para apoyar su investidura, este traspaso, además de la amnistía que permitirá a Puigdemont regresar a Cataluña. La vergonzosa gestión del traslado de los menores no acompañados y su reparto equitativo entre las distintas comunidades refleja los peligroso que puede resultar el que cada Comunidad Autónoma gestione la inmigración. Si ahora la solidaridad brilla por su ausencia, con las competencias en la mano cabe imaginarse lo que podría ocurrir. Aunque mantuvo el gesto impávido en su escaño, es indudable que Yolanda Diaz disfrutó con la derrota de los de Puigdemont. Hace escasas fechas que, con los votos del PP, VOX y Junts, decayó su proyecto de reducción de la jornada laboral. Y eso que ella misma se había entrevistado con Puigdemont y creía haberlo ganado para su causa.
El rechazo a la exigencia pactada con Junts es otro palo en la rueda de la continuidad de la legislatura. La pretensión de aprobar unos presupuestos se volatiliza.