Opinión

Los mudos recuperan la voz

Desde que Pedro Sánchez ganara de forma triunfal el poder en Ferraz, un muro de silencio rodea la sede socialista. El viejo dicho de Alfonso Guerra: “El que se mueva no sale en la foto” ha devenido en: el que hable, al ostracismo.

La vieja organización socialista ha perdido sus característicos debates internos. Desde enero solo se ha celebrado un comité federal, principal órgano de decisión entre congresos. Y disentir de la estrategia o de las decisiones del líder se paga muy caro. Que se lo pregunten a Ignacio Urquizu, diputado en la anterior legislatura y una de las cabezas mejor amuebladas del PSOE, ahora alcalde de Albarracín gracias a que lo recogió el presidente extremeño Javier Lamban. Por no recordar los nombres de los que han dejado la política, e incluso el partido, por no ser afines a Sánchez.

Pero, las negociaciones de Pablo Iglesias con Otegui para sumar a Bildu al pacto de legislatura, previa aprobación de los Presupuestos, han despertado todas las alarmas. Y, de forma excepcional, dirigentes regionales tan discretos como Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, ha recuperado la voz para denunciar que quien “combatió al Estado desde un grupo terrorista” sea ahora clave para decidir las cuentas de ese mismo Estado. Además de reconocer que se iba a la farmacia a buscar un medicamento para vencer los vómitos que sentía.

Bien es cierto que, sin que Pedro Sánchez se haya dignado a responderle, el siempre fiel Iceta, líder de los socialistas catalanes, ha salido en defensa del pacto, asegurando que a él no le produce nauseas. Y es lógico, porque la estrategia de Ferraz pasa por ayudar a ERC a ganar las elecciones en Cataluña y --con el apoyo de Iceta-- desalojar de la Generalitat a Puigdemont y los suyos. Por eso las cesiones a ERC, el otro pilar para la aprobación de los Presupuestos, siempre le han parecido bien.

Probablemente, el que ha puesto el dedo en la llaga ha sido Emiliano García Page, al lamentar que Pablo Iglesias esté marcando la agenda socialista, haciendo al Gobierno “comulgar con ruedas de molino” ya que el acuerdo con Bildu “no tiene un pase”. Aún así, considera que es el dirigente de Podemos quien se está saliendo con la suya y “arrastrando al PSOE a una esquina del tablero político”. Lo que ya no se ha atrevido a decir es que el presidente del Gobierno es Pedro Sánchez y que, o bien Iglesias es mucho mas listo que él y le esta manejando a su antojo, o a su líder le viene muy bien que Iglesias haga los pactos sucios mientras se lava las manos y consigue un Presupuesto que le garantice tres años más de legislatura.

Porque de eso se trata. Es bastante improbable que este apoyo de fuerzas incompatibles vuelva a producirse. Pero, si hemos sobrevivido con las cuentas de Montoro hasta hoy, con las que se aprueben en diciembre tiraremos hasta 2023. Y si no, al tiempo. 

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