Opinión

Gaviota o charranes

Con la que les está cayendo encima -primeras y fortísimas condenas de la Gürtel, declaración de nueve empresarios valencianos, afirmando, a cambio de una reducción de condena, que financiaron ilegalmente al Partido Popular de Francisco Camps (aquel señor de quien Mariano Rajoy afirmó su profunda amistad y una inquebrantable decisión de estar siempre con él, junto a él o detrás de él), citación para declarar , el próximo lunes, de la exministra Mato, esposa de Jesús Sepúlveda, de Gema Matamoros, esposa del exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, y del propio partido, acusados de lucrarse con las dádivas emanantes también de la Gürtel-, el PP prepara la apertura de su congreso con el interesantísimo y trascendental debate sobre si el pájaro que ilustra su logotipo es una gaviota o un charrán.

Así de tranquilas están las aguas de este partido que, a pesar de los pequeños avatares descritos, mantiene la calma y la sonrisa, frente a una izquierda que, a trompicones, entre atropellos y con toda suerte de puñaladas traperas, se enfrenta también a sus congresos; el de Podemos coincidente y el del PSOE, aplazado, pero con unas perspectivas no menos convulsas.

Solo esa coyuntura ha permitido al Partido Popular, y sobre todo a su presidente, afrontar este fin de semana sobre unas ruedas que, en otras circunstancias y en otro país, con un sentimiento democrático más consolidado, serían unas ruedas muy desgastadas y probablemente pinchadas.La histórica desunión y los sempiternos conflictos que han convulsionado a la izquierda no solo se plantean en España a nivel genérico, sino que afectan a todas y cada una de sus formaciones. En Podemos va a ser muy difícil evitar el choque de trenes en la lucha por el poder que mantienen los "pablistas" y los "errejonistas". Los primeros en defensa de un concepto claramente dictatorial disfrazado de plebiscitario, y los segundos en defensa de un mayor juego institucional. Asistiremos a un desenlace que, previsiblemente, acabará como el rosario de la aurora. Tiempo al tiempo.

En el PSOE la batalla no parece tan cruenta. Sin duda, también va a dejar mucho herido y mucha baja, pero cabe esperar que la experiencia de este partido centenario les insufle la cordura suficiente con que superar el maremágnum en el que, unos y otras, le han sumido. En fin, que entre el alboroto general, el PP sale casi indemne, preocupado en decidir la clase de pájaro que les representa: o una gaviota, ave carroñera donde las haya, o un charrán, que también es sinónimo de pillo, tunante y ladronzuelo.

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