Opinión

A toro pasado: a propósito de la legionela

La información, por exceso, defecto o adulteración, ha sido el arma utilizada para lograr que una alerta sanitaria, impecablemente tratada a nivel técnico ...

La información, por exceso, defecto o adulteración, ha sido el arma utilizada para lograr que una alerta sanitaria, impecablemente tratada a nivel técnico, se haya convertido en una crisis sanitaria a manos de quienes, lejos de importarle la tranquilidad y el bienestar de las personas, han buscado en la tergiversación, manipulación y mentiras, cobrarse los intereses que no les rindió su pésima gestión durante los cuatro años que rigieron los destinos de nuestra Comunidad Autónoma.

Durante el tiempo que ha durado la alerta por legionela en Castilla-La Mancha los portavoces del P-Plagas, Carmen Riolobos et al., no han cejado en su empeño de crear un escenario, casi apocalíptico, donde más que un brote parecía que se había producido el estallido de una bacteria letal que borraría Manzanares del mapa. ¿Cómo? Muy fácil, informando como solo ellos saben hacerlo:

Información contradictoria: se exige el cese fulminante, inmediato, ipso facto, del Consejero de Sanidad, el Presidente de la Junta, o de los dos por el precio de uno, ante su “incapacidad para dar una respuesta eficiente a la crisis sanitaria”, a la vez que se destaca “el gran trabajo” de los profesionales de medicina preventiva, de sanidad ambiental, de epidemiología y de los trabajadores de los centros sanitarios, a quienes los primeros se encargan de coordinar.

Información sesgada: se apunta triunfalmente que “la Fiscalía va a investigar y va a dar información sobre si se han tomado y puesto en marcha todas las medidas de prevención que son necesarias para evitar esta fuente de contagio de legionela, si el brote se ha gestionado de una forma adecuada”, pero se omite que la investigación “para conocer de dónde proviene el foco de contagio y depurar responsabilidades" se ha iniciado a petición de la Asociación El Defensor del Paciente que afirmaba "la pulcritud en la limpieza y revisión es la manera de evitar muertes y afectados, entendemos que los recortes de la señora Cospedal han dado como fruto una sanidad que no cuenta con el suficiente personal para dichas revisiones".

Altas dosis de cinismo: esos que ahora denuncian sobrecarga de los profesionales, guardias dobles y que no se refuerzan las plantillas de los hospitales, son los mismos que durante la pasada legislatura, entre 2010 y 2015, despidieron (informe de septiembre de 2015 elaborado por CCOO-CLM sobre la evolución de los presupuestos y los indicadores sanitarios durante la legislatura de María Dolores de Cospedal) a 2.781 trabajadores sanitarios, de los cuales 2.188 estaban encuadrados en centros de atención especializada: 444 médicos y facultativos, 429 enfermeras, 516 auxiliares de enfermería y 165 titulados medios sanitarios.

Resultado: caos.

Unos políticos, los que gobiernan actualmente, se han mantenido en un segundo plano dejando el control de la situación en manos de los expertos, mientras que otros políticos, los que no gobiernan, se han dedicado a propagar falsedades, generar pánico y sembrar entre la población dudas sobre la capacidad del sistema sanitario y sus profesionales para hacerle frente, con la esperanza de que ellos les allane, en un futuro no muy lejano, el camino que conduce nuevamente al poder.

Por todo ello he de decir que si hay un político que (a fuerza de desvelos, inquietud y permanente estado de tensión) se ha ganado el puesto, ha sido el Director General de Salud Pública y Consumo quien, en todo momento, ha estado siguiendo el trabajo tanto de los técnicos de epidemiología y sanidad ambiental como de los profesionales sanitarios en los hospitales; en sus comparecencias en radio y televisión, con su hablar pausado y sereno, ha tratado de trasmitir a los vecinos esa paz y tranquilidad que los otros, con su tono elevado, imperioso, crispado y exigente, les robaban cada vez que aparecían en los medios. Considero que ha cumplido con su labor de manera irreprochable.

Para informar puntualmente del tema, ha habido ruedas de prensa del Consejero, ruedas de prensa del Director General de Salud Pública y Consumo, notas de prensa, teletipos diarios... Entonces ¿por qué a los voceros del Partido Popular les ha resultado tan fácil alarmar a la gente? Las ruedas de prensa, las entrevistas y los comunicados, sirven para librar batallas políticas y callar a los rivales, pero mucho me temo que no han llegado a la población y cuando lo han hecho no han contribuido a calmarla. ¿Por qué? Porque ni los números, ni los datos estadísticos, protagonistas de las informaciones, mitigan el miedo sino que lo acentúan.

 “Los enfermos van al hospital, les dicen que tienen neumonía y los mandan a casa sin hacerles nada”. “Solo afecta a los viejos” decían los jóvenes, muchos de ellos universitarios, ansiosos porque nada estropeara la celebración del último día del año. “Yo no creo que la bacteria estuviera en la fuente esa que dicen, porque cerca de allí viven muchas personas que no se han contagiado”. Desde mi punto de vista, estos y otros comentarios parecidos, escuchados de boca de personas que residen en Manzanares, evidencian el fallo que ha convertido una alerta sanitaria perfectamente gestionada, en un arma que, sin pizca de cordura ni mesura, el PP ha empuñado con la intención de dañar al actual Gobierno sin importarle ni un ápice que lograrlo pasará por cargarse el sosiego de todo el pueblo.

Aunque sea el sexto municipio más poblado de la provincia de Ciudad Real, Manzanares es un pueblo manchego donde se siguen practicando viejas costumbre. Tomar el fresco sentados a las puertas de las casas en las calurosas noches de verano, acercarse a la esquina del bar o acudir al mercadillo itinerante una vez a la semana, son hábitos de una importancia social incuestionable: la gente se reúne en la calle para hablar y enterarse de lo que pasa en el pueblo. En estas charlas entre vecinos, que no se dan en las ciudades, se intercambian chismes, se comparten problemas y se crea espíritu de comunidad.

Si quieren llegar a la gente los políticos no pueden ignorar estos cauces tornadizos por los que circula la información, sin cables ni tecnología, a una velocidad sorprendente. El boca a boca eleva a los altares con la misma facilidad con que hunde reputaciones.

¿Qué ha faltado, pues? Una comunicación directa, en forma de reunión en el salón de plenos del Ayuntamiento o en el Centro Cívico de la localidad manzagata, entre expertos, representantes políticos y vecinos, para responder preguntas, aclarar dudas y desterrar temores infundados.

No hay que olvidar que la ignorancia es un excelente caldo de cultivo para sembrar el miedo y la inquietud; cuando éstos ya se han instalado en las conciencias la manipulación apenas precisa mecha para prender en el imaginario colectivo.

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