Opinión

La degeneración antinacional de una izquierda

Si en España la derecha después de 1978 fue invadida por los complejos por su posible identificación con el régimen franquista, un régimen que ...

Si en España la derecha después de 1978 fue invadida por los complejos por su posible identificación con el régimen franquista, un régimen que se autocalificaba como “ni de izquierdas ni de derechas”, en la izquierda ese complejo se extendió también a la propia idea nacional.

Partidos que en su propio nombre llevaban el calificativo de español, como el propio PSOE, adoptaron la ambigüedad en relación a la idea nacional. A pesar de que los líderes históricos de este partido como Azaña o Besteiro, independientemente de su internacionalismo, jamás dudaron de la nación española, fue en los años ochenta cuando lideres como Felipe Gonzalezllegaron a gritar en mítines en el País Vasco “Gora Euskadi Askatuta”.

El culmen del despropósito lo protagonizó el nefasto presidente del PSOE Zapatero, que expresó que el concepto de nación española es un concepto discutible y discutido, afirmando que se aceptaría cualquier cosa que aprobara el parlamento de Cataluña en relación al “Estatut”, relativizando el concepto de soberanía nacional que viene claro en nuestra Constitución.

Quizás el chalaneo de la propia aritmética parlamentaria es la que hizo perder su esencia a un partido que históricamente defendió la nación, por ello es agradable ver como líderes históricos de este segundo PSOE como Jose Luis Corcuera, Alfonso Guerra, Joaquín Leguina o Francisco Vázquez,  han vuelto a defender la idea de soberanía de nuestra Constitución, enlazando con los orígenes jacobinos de la propia izquierda española que originalmente siempre luchó contra las desigualdades entre ciudadanos que podría encarnar el regionalismo o incluso el federalismo que siempre fue defendido por las tendencias más conservadoras.

Para fomentar aun más ese sentimiento, vengo a recordar un fragmento de un discurso de Azaña que deja claro el sentimiento nacional de este icono de la izquierda y que aplasta ese relativismo progre que pretende laminar nuestra nación por un conglomerado plurinacional, anti histórico y absurdo:

“Cuando yo hablo de mi nación, que es la de todos vosotros, y de nuestra patria, que es España, cuyas seis letras sonoras restallan hoy en nuestra alma como un grito de guerra y mañana con una exclamación de júbilo y de paz; cuando yo hablo de nuestra nación y de España, que así se llama, estoy pensando en todo su ser, en lo físico y en lo moral; en sus tierras, fértiles o áridas; en sus paisajes, emocionantes o no; en sus mesetas, y en sus jardines, y en sus huertos, y en sus diversas lenguas, y en sus tradiciones locales. En todo eso pienso; pero todo eso junto, unido por la misma ilustre historia; todo eso constituye un ser moral vivo que se llama España.”

Manuel Azaña Díaz, Discurso pronunciado el 18 de julio de 1937 en la Universidad de Valencia.

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