Opinión

Qué fácil es prometer

No es la primera vez, ni sinceramente tampoco creo que sea la última, que mi compañera en las Cortes de Castilla-La Mancha del Grupo Socialista, Carmen Torralba, desprovista de justificación alguna ante las acciones del Gobierno de García-Page, recurre al ataque personal y a la agresión dialéctica para intentar desviar la atención de lo que realmente acontece, que en este caso es el inicio del curso escolar 2016-2017 y el cierre de tres colegios rurales en nuestra provincia.

Y sin que sirva de precedente, en esta ocasión creo que hasta podría llegar a entenderla porque ¿cómo algún dirigente del PSOE de Cuenca puede justificar ahora el cierre de un colegio rural, cuando fueron ellos los grandes abanderados durante cuatro años, criticando duramente al anterior Gobierno del PP?

El señor Page y el señor Guijarro prometieron, mientras eran oposición, abrir 37 aulas unitarias pero solo lo hicieron con 8; y encima, se lavaron las manos y dejaron una decisión así a cargo de los padres, que en su mayoría apostaron por dejar a sus hijos en colegios completos donde pudieran tener una educación con un mayor número de compañeros y sin tener que mezclarse con otros cursos.

Claro. Entonces, desde la oposición todo resultaba muy sencillo: prometer, prometer y prometer, aun sabiendo que dejasteis a nuestra región en prácticamente la quiebra (tras más casi 30 años de gobiernos socialistas) y aun siendo conscientes de que muchos de estos compromisos eran inviables y, en algunos casos, hasta perjudiciales para los ciudadanos; pero por prometer, que no quede.

De hecho, el anterior Gobierno del Partido Popular también podría haber seguido despilfarrando como sus predecesores, prometiendo infraestructuras sin tener respaldo presupuestario, augurando grandes obras cuando no había dinero, haciendo ofertas de empleo público sobredimensionadas, etc.… Pero en este punto, el PP y PSOE somos totalmente equidistantes.

El único modelo educativo de Cospedal, señora Torralba, fue salvar (SÍ, ha leído bien, “salvar”) la educación pública de Castilla-La Mancha y pagar a todos sus profesionales ya que cuando el PP llegó al gobierno no había ni para eso. Teníamos un fracaso escolar altísimo, una tasa de desempleo juvenil del 54 por ciento, de los que el 90% de ellos carecía de titulación, una tremendo atraso en la implantación del bilingüismo, un colectivo docente desprotegido y sin autoridad, con bolsas de interinos cerradas a los nuevos maestros, una tecnología deficiente y una universidad abandonada, con una deuda de 117 millones de euros, por enumerar algún ejemplo.

Que tuvimos que acometer decisiones complicadas y, en muchos casos, muy difíciles, no se lo vamos a negar a nadie, pues nos vimos obligados a pedir grandes esfuerzos a los ciudadanos; pero una vez superada la quiebra, el Gobierno de Cospedal (aunque les fastidie) supo reconducir la situación de Castilla-La Mancha y en el último año y medio pudo poner en marcha muchas medidas positivas y eficaces. El Gobierno del PP fue capaz de reducir la tasa de abandono educativo en más de 10 puntos, acercándonos a la media nacional; fuimos líderes en el crecimiento de programas lingüísticos, potenciamos la FP Dual y pusimos en marcha programas básicos como ‘Más Activa’, ‘Abriendo Caminos’ o ‘Mochila Digital’ e implantamos el Bachillerato de Excelencia, por cierto fulminados por el PSOE sin justificación alguna.

Aunque, claro, el PP también podría haber  anunciado grandes obras y prometido mil cosas, que es lo fácil. Pero en el Partido Popular la honestidad y la responsabilidad están ante todo, aunque ello pueda perjudicar políticamente al PP; para nosotros, lo primero siempre son las personas.

De hecho, los castellano manchegos finalmente dieron su apoyo al Partido Popular en las urnas en mayo de 2015, siendo la fuerza política más votada, que esto muchas veces se le olvida a los dirigentes del PSOE.

Y otra cosa más. Tenga bien claro que, como diputada provincial que he sido y como diputada regional de Castilla-La Mancha que soy, siempre he trabajado primando el interés de mis vecinos y el interés de los ciudadanos de nuestra región. Y sepa, de paso, que en numerosísimas ocasiones hemos trasladado todas nuestras inquietudes, nuestras necesidades y, ¡cómo no!, también nuestros descontentos.

Es más, le informo, señora Torralba, que como parece no saber dónde estaba yo la pasada legislatura, le recuerdo que estaba, junto a mi partido y al Gobierno de Cospedal, trabajando por sacar a Cuenca y a Castilla-La Mancha de la ruina que ustedes, los socialistas, dejaron de herencia.

También le diré que yo no necesito la política para vivir de ella, ni tampoco seré yo la que valore porque algunos políticos están en política, lo que sí puedo afirmar es que no necesito la política para vivir de ella, como siempre he demostrado; yo estoy aquí con vocación de servicio público y con la esperanza de poder mejorar la calidad de vida de los conquenses y de los castellano manchegos y de poder contribuir a tener un futuro más próspero para nuestra provincia.

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