Opinión

¿Un mensaje trascendente?

Cada día que pasa se enrarece más el clima en torno al tema que complica más el presente y el futuro del Rey emérito. Y ello a pesar de que el problema tiene que competir nada menos que con la tremenda crisis del coronavirus. El contencioso del emérito divide a los españoles más profundamente cada día que pasa y si la pandemia se solucionara con rapidez, la otra cuestión crecería más al quedarse con el campo libre. Mi impresión es que vamos a sufrir esa enorme tensión de forma cada vez más intensa, en proporción al rumbo que vaya siguiendo la pandemia. Así es la vida, aunque objetivamente pueda parecer injusto. Hay que estar preparados para lo que venga.

Seguramente el factor que más influye o va a influir en el tratamiento general de la gran crisis es el prestigio que se ha ganado el actual monarca durante los seis años que lleva desempeñando su cargo. Puede decirse que las formas y contenidos del tratamiento que unos y otros hagan de su inminente mensaje navideño marcarán bastante la pauta del inmediato futuro en la cuestión central, razón por la cual la opinión pública y política lo va a recibir con inusitado interés y atención. Esto lo saben bien los interesados, empezando por el propio don Felipe. Se juega mucho y nos jugamos mucho todos con el contenido de ese mensaje, del que puede salir la solución o el fracaso del gran problema aparte de la pandemia.

Sería mucho decir que el mensaje navideño va a ser decisivo, pero sí es seguro que va a tener una gran importancia y eso lo sabemos todos, por cuya razón todos tenemos que actuar teniéndolo en cuenta pues es mucho lo que nos jugamos en los meses venideros. La primera muestra sobre el interés del mensaje serán las cifras de audiencia del mismo, de las que dependerá su trascendencia e influencia en el gran tema que nos procupa. Saber todo esto nos ayudará también a hacernos una idea más exacta de las dimensiones del problema. Otro importante dato será el tratamiento que hagan los medios informativos y de opinión, sobre todo para hacernos una idea más exacta de las dimensiones de los problemas contenidos en el mensaje.

Mientras que la alocución del actual Rey va llegando, este país continúa pendiente de las problemas relacionados con la pandemia, entre ellos el tema de las vacunas, que se presenta un tanto liado, pero que parece que se está resolviendo de forma satisfactoria. Luego la vacuna tiene que ser administrada con orden y con inteligencia, y esta es una cuestión más importante de lo que parece. El tema de la gran diversidad de marcas y condiciones sigue siendo algo que requiere mayores explicaciones de las que se están dando. Veremos.

Y la Navidad la tenemos ahí. Si no sonara a tópico, yo aconsejaría que todos aprovechásemos para reflexionar con calma y con cabeza, empezando por los dos temas que acabo de tratar, de los que la vida y el desarrollo de España dependen de una forma especialísima. Eso no significa que yo sugiera renunciar a las tradiciones navideñas, pues hay tiempo para todo o se puede sacar si nos administramos bien. Entramos o continuamos en días decisivos o en semanas, y de lo que hagamos en este tiempo pueden depender muchísimas cosas. Mucho ánimo y muchas felicidades para todos, que nos lo merecemos...

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