Opinión

Una ciudad a punto y un proyecto cívico

Cuando pienso en la ciudad lo estoy haciendo en las personas que la habitan. Para mí, la ciudad es más un sentimiento que una...

Cuando pienso en la ciudad lo estoy haciendo en las personas que la habitan. Para mí, la ciudad es más un sentimiento que una construcción ideológica. Por eso, me importa más el estado de ánimo de la gente que el ir haciendo promesas o dando palmaditas en la espalda. Yo veo a Toledo como un espacio cívico en el que sea posible abrir horizontes, tener sueños, realizar proyectos e integrar voluntades.

Creo en mis ideas, pero creo más en la suma de las ideas de todos, porque ahí va a residir el acierto de un buen gobierno. Y además, pienso que el sentido común no es patrimonio de ninguna ideología y es la mejor herramienta para tender puentes que solucionen los problemas de la gente. Mi compromiso con Toledo es, en verdad, un compromiso con las personas, con el sentir de las personas.

“Puedo prometer y prometo”, decía Adolfo Suárez. Yo también quiero decir que puedo prometer y prometo lo que más se acerque a la realidad y a la verdad. Quiero lo que las personas quieren: que la ciudad esté a punto; que la gestión del día a día en la cercanía sea un hecho que se vea; que los parques y jardines estén limpios y bien cuidados; que las fuentes tengan agua e inviten a aproximarse a ellas; que el pavimento de las calles se conserve en buen estado; que el alumbrado público sea el adecuado; que las plazas y los paseos tengan sus bancos que convoquen al diálogo; que las papeleras nos ayuden a tener sentido cívico; que el transporte público sea fluido y esté bien distribuido; que las averías tengan un pronto arreglo; que la limpieza no permita que haya puntos negros de los que avergonzarnos; que la policía colabore en la entrada y salida de todos los colegios;  que la amabilidad en la información a ciudadanos y visitantes sea la norma de una ciudad tolerante; que la cultura esté al alcance de la mano; que los festejos lo sean para la participación de la gente... Esta enumeración no es un programa, ni un conjunto de propuestas retóricas, ni un puñado de falsas promesas, ni un cuento de un político triste y vacío. Esto es simplemente la aplicación del sentido común al gobierno de la ciudad. Y soy consciente que el sentido común se enriquece escuchando y dialogando. Y también estoy convencida de que una sociedad y una comunidad, con más incertidumbres que certezas, necesita hablar, conversar, para no sentirse sola y sin horizontes.

Soy una persona política que cree en la gente. Estoy convencida de la necesidad de una buena gestión del día a día. Y también creo en los proyectos necesarios, realistas y realizables, que alienten la esperanza de un futuro mejor y nuevas oportunidades. Por eso creo en un Toledo bien incardinado en las instituciones, en Castilla-La Mancha, en España, en Europa y el mundo. Solo el compromiso colectivo va a aumentar nuestra confianza.

Liderar un proyecto cívico que nos haga progresar es algo que está en mi corazón y en mi cabeza. Que nadie piense que yo soy de esa clase de políticos que agotan su quehacer en la conquista y la preservación del poder; muy al contrario, creo en los proyectos serios, bien definidos y valorados, y muy bien explicados a los ciudadanos, para que también ellos sean protagonistas y corresponsables y, así, poder compartir los valores comunes. Ni soy ni voy a ser una charlatana o una titiritera de las palabras. Quiero que, tras la suma de ideas, las reflexiones conjuntas y el diálogo, vengan las decisiones transparentes y que el relato sea construido de verdad por los hechos.

Estas son, sinceramente, algunas líneas para expresar mi compromiso con las personas, mi compromiso con la ciudad y mi compromiso con Toledo.

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