Opinión

La mercería de Montoro

Comienzo a asumir la desasosegante impresión de que Montoro lleva las cuentas del país, como si estuviera al mando de una mercería y se pasara el tiempo contando botones y ovillos de hilo. Desde luego, jamás se le escapará un botón ni una cremallera sin contabilizar, pero la mercería nunca será El Corte Inglés, de eso estoy convencido.

Como buen perro guardián es un ministro cómodo, porque obedece, ladra lo justo y no tiene ni una pizca de imaginación, que es lo que más desconcierta a los primeros ministros. Aparte de ello, si el que manda tampoco posee demasiada imaginación para soñar o alguna osadía económica, el país comienza a languidecer en esa espartana mercería, donde jamás se perderá un botón, y tampoco habrá posibilidades de esplendor.

Esa nueva iniciativa para que el dinero de bolsillo se restrinja poco menos que a la limosna que se da al pobre, y que reclamemos el recibo con IVA hasta de la ración de calamares con una cerveza, que nos tomamos con unos amigos, da idea de la cutrez contable que nos aguarda en el país que cuenta con el mayor parque de coches oficiales de la Unión Europea, y el que mayor número de televisiones públicas mantiene con el dinero de los contribuyentes.

Luis María Ansón ya denunció que, en los peores años de la crisis, cuando la gente era despedida, los ERE ahogaban los hogares, y todos tuvimos que apretarse el cinturón hasta casi dejar de respirar, nuestra Administración autonómica y municipal aumentó en.. ¡300.000 funcionarios! No se engañe, los gobernantes nunca ahorran, el que tiene que ahorrar es usted, porque viene Montoro a ver cuánto ha pagado por el jersey que le compró a una gitana en un mercadillo. Es la lógica de la mercería.

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