Una especie exótica

Conviene considerar que si hoy gozamos de sanidad pública, educación pública, o pensiones públicas, aunque todo ello deteriorado voluntariamente y recortado a conciencia, fue porque hubo en el pasado unos idealistas que al principio fueron catalogados como radicales y antisistema.

Lo cual significa que el idealismo de ayer es la realidad de hoy. Y la radicalidad de antaño es la moderación actual, moderación que permite la convivencia. O sea, el Estado del bienestar.

Hablamos claro está de realidades ideales (o de ideales hechos realidad) que están siendo atacadas por todos los flancos y desde hace tiempo. De ahí la crispación, de ahí la vorágine.

Demos gracias a aquel idealismo antisistema de entonces que está en el origen de muchos de nuestros logros actuales. Los mejores logros sin duda.

Por el camino y a través de neoliberalismos sobrevenidos de repente y terceras vías puestas de moda por la posmodernidad, se han ido perdiendo algunas de estas referencias típicamente europeas, y llevados de la imitación servil y a mí juicio equivocada de lo estadounidense (no hay más que fijarse en el trumpismo para verificar en qué ha acabado lo estadounidense), nos han inundado de retóricas mercantiles, de alabanzas tecnócratas, de gramáticas pseudolibertarias, y en definitiva de estrategias muy bien financiadas para el engaño y el poder de unos pocos. Un engaño cuyo primer instrumento es el lenguaje manipulado.

Por eso vemos con sorpresa pero también con comprensión que en USA estos días se las ven y se las desean para conjugar con facilidad el término "socialista democrático". ¿Querrán decir "socialdemócrata" sin acertar por falta de costumbre?

Se les aparece a muchos en ese país esa expresión como un término extraño que describiera una especie exótica recién descubierta en un nicho recóndito de la selva neoliberal estadounidense: y concretamente nos referimos al "socialista democrático" ganador de las primarias para la candidatura demócrata a la alcaldía de Nueva York, y que se llama Zohran Mamdani, por más señas musulmán, socialista, demócrata, y de izquierdas, defensor de la clase trabajadora y de un Estado del bienestar al estilo europeo, "antítesis de Trump", según lo califican otros.

Este hecho (ese resultado novedoso en esas primarias) nos informa de varias cosas:

Por una parte, el distanciamiento y alejamiento cada vez mayor del establishment del partido demócrata de sus bases electorales, ha conducido al rechazo del candidato "oficial" y a la victoria de Zohran Mamdani.

El establishment demócrata de USA parece haber perdido la conexión (como ocurre en otros lugares muy europeos) con la ciudadanía progresista, trabajadora, y de izquierdas.

Por otra parte, las dificultades para el manejo y la comprensión allí, en USA, del término "socialista democrático", nos informa de la deriva de un país en el que para llegar al poder hay que disponer de muchísimo dinero y negociar favores con gente adinerada, y que por tanto se comporta más como un régimen plutócrata que como una democracia. Con Trump este hecho ha alcanzado su más rotunda expresión y su más cruda transparencia.

Además, la prolongada intoxicación ideológica de raíz macartista que ha sufrido ese país durante décadas, y los intereses económicos que lo dominan todo, acaparando todas las palancas del poder, hace que no entiendan ni manejen con soltura el término "socialdemocracia", pues bajo ese lavado de cerebro inspirado en el macartismo y la correspondiente "caza de brujas", los términos "socialista" y "demócrata" les resultan a muchos aparentemente incompatibles.

Sobre el macartismo, además de poder ver la película "Buenas noches, y buena suerte" (2005), conviene recordar que Roy Cohn, el oscuro maestro en mafias varias de Donald Trump (véase la película "El aprendiz" / 2024), fue también la mano derecha del senador McCarthy en su famosa, infame, y antidemocrática "caza de brujas”.

Les digo mi opinión:

No está mal que así como nos han contagiado ellos a nosotros con suma facilidad el extremismo neoliberal y la plutocracia (y en camino va el fundamentalismo religioso), les contagiemos nosotros ahora a ellos algo de socialdemocracia o incluso de democracia.

En la USA de Trump, ya no la hay.

Sin embargo, para ser sinceros, no sé si seremos capaces de transmitir algo que nosotros estamos perdiendo a toda prisa gracias a la labor coordinada de una ultraderecha económica disfrazada de centro y un "socialismo" a lo Felipe González y Tony Blair.