Opinión

Sescam: Instrucciones para despistar

El único beneficio de la duda que se puede conceder a las instrucciones para el PLAN FUNCIONAL DE ATENCIÓN CONTINUADA que el SESCAM ha remitido estos días a sus gerencias de atención primaria, es que son para despistar en tanto en cuanto se le ocurre otra cosa.

Casi seguro que lo que se le ocurra será aún peor.

O les falla la información sobre la realidad, o les falla el asesoramiento.

De repente parece que el SESCAM se ha dado cuenta de que tiene un problema grave en atención primaria (en realidad lo sabe desde hace mucho tiempo), y que los centros de salud no pueden seguir funcionando como cotos cerrados, donde cualquier cosa puede ocurrir, incluso al margen de la ley, o donde las cosas que ocurren lo hacen con opacidad y muy poca cabeza, es decir, de manera -así lo llaman- "descentralizada".

Algunas de las cosas que en los centros de salud ocurren en virtud de esa "descentralización", yo diría que ocurren al margen de la constitución y anticonstitucionalmente.

¿Habrán confundido algunos la “descentralización” con la independencia, incluso de la legalidad vigente?

Y es que allí la vida laboral de muchos profesionales sanitarios parece discurrir no sujeta al principio de legalidad, o de racionalidad, o de eficiencia, sino al albur del capricho de unos pocos y sujeta al principio de tradición de los de siempre.

"Descentralizar" -estupenda palabra- significa para los gerentes de atención primaria quitarse un peso (y sobre todo un trabajo) de encima, y conceder a alguno (os) el papel de juez y parte.

Y es que las gerencias de atención primaria no han asumido aún que en atención primaria hay, desde el 2005, distintos profesionales estatutarios (¿partes de un todo?) con distinta función pero con el mismo rango profesional y los mismos derechos laborales.

Son tan lentos en asumir esa realidad que aún creen que el personal PEAC, personal estatutario con plaza en plantilla, es personal eventual o incluso personal "sustituto" del personal de consulta. ¿Cómo va a ser el personal PEAC, titular de su propia plaza, sustituto de la plaza de otro?

Un absurdo legal y laboral. Un querer reinventar el “chico para todo” que irregularmente (ilegalmente) implementaron con el llamado “correturnos”.

La incapacidad del SESCAM para superar vicios atávicos y acometer una organización racional del calendario de guardias (que se ha convertido en el principal factor de deterioro y conflicto en la atención primaria), o lo que es lo mismo, su incapacidad para establecer un plan funcional de atención continuada guiado por la racionalidad y el interés público, determina que se genere en el ámbito de la atención primaria un triple problema:

Un problema de orden laboral, un problema de orden legal, y un problema de orden asistencial.

Y esos tres problemas que se potencian entre sí para dar lugar a un gran problema, son fruto de una pésima gestión y de los intereses creados, y a pesar del deterioro progresivo de la asistencia que suponen, nadie parece querer corregirlos.

Como si las listas de espera que hoy conocemos en atención primaria fueran algo natural, brotado por generación espontánea, o compatible con su función de pilar básico de la sanidad, y no algo sobrevenido como consecuencia de una gestión francamente mejorable, parece que no tienen mucha prisa en hacerse las preguntas correctas para dar con las soluciones adecuadas.

Y digo que hay un problema laboral en atención primaria por cuanto no es de recibo -como denunciábamos en otro artículo previo- que un enfermero PEAC de 66 años (personal nocturno) haga 82 horas de trabajo en una semana. Por ejemplo.

O que a un médico PEAC se le someta al chantaje de obligarle a trabajar más de 24 horas seguidas si quiere librar un sólo fin de semana al mes (para conciliar con su familia). Menudo privilegio (librar un sólo fin de semana al mes) por el que hay que pagar tan alto precio como poner en riesgo la salud propia y la del prójimo. Yo pensaba que la conciliación familiar y la salud laboral eran derechos.

Y en ese coto cerrado (descentralizado) de la atención primaria, hay igualmente un problema legal, por cuanto desde el 2008 se produce un fraude de ley en la interpretación del descanso posguardia como trabajo cumplido, cuando el Tribunal Supremo, en sentencia firme para unificación de doctrina, ha dictaminado que no lo es. Lo cual equivale a computar y pagar un trabajo de consulta que no se realiza. Y esto atañe no sólo al manejo del dinero público, sino también al interés público.

Desde aquí solicitamos el interés de la fiscalía anticorrupción en este asunto.

Y sigue habiendo un problema laboral, a pesar de las recientes Instrucciones (que reinciden en ambigüedad y parecidos vicios), cuando todavía hay responsables o coordinadores  "descentralizados" que siguen actuando como siempre, al albur de su capricho, y no consultan con sus compañeros (incluidos PEAC) los calendarios de trabajo que afectan a todos.

Que será porque piensen -dichos responsables descentralizados- que lo que dictan esas Instrucciones es papel mojado o que deja un margen muy amplio y relajado de interpretación.

Y además, para que consultar o intentar el consenso, si lo que ellos unilateralmente deciden va a misa.

Así que todos tienen claro que diga lo que diga, negro sobre blanco, el gerente de primaria, vale muy poco o directamente nada, y que dichas Instrucciones el gerente las ha dictado para despistar y marear la perdiz. Es decir, para maquillar una realidad que hace daño a los ojos.

Y hay un problema asistencial por cuanto al poner el calendario de guardias (o plan funcional de atención continuada) en manos de quien es juez y parte, guiado por intereses privados, la consecuencia es que el calendario propende al incremento de las listas de espera.

Quisiera yo insinuar una clave del problema de la atención primaria, para así proponer una posible solución.

El triple problema laboral, legal, y asistencial que vivimos en este ámbito sanitario, procede en su impulso fundamental de computar y retribuir al personal de consulta un trabajo de consulta que no se realiza por la gestión inadecuada del descanso posguardia (aquí se requiere fiscalía), sin más objeto que el puedan hacer guardias y mantener o engordar (según los casos y la codicia) retribuciones, usurpando de este modo, al no realizar su trabajo propio de consulta, el trabajo propio de otro colectivo profesional, el personal PEAC, que lo es de atención continuada, estructuralmente, por exigencias e imperativos del modelo europeo que nos hemos dado.

Aunque sea ya acudir a su mismo modo de pensar y gestionar ¿no sería preferible pagar al personal de consulta unas guardias que no hagan -ya las hace el personal PEAC- que no unas consultas que no hacen?

¿No mejorarían las listas de espera en atención primaria?

¿No mejoraría la calidad de la misma?

¿No estaría el médico de consulta preferentemente en su lugar natural, la consulta, y el usuario mejor atendido?

¿No evitaríamos que el PAC (urgencias del centro de salud) se convirtiera en la consulta a destajo que hoy es, al tiempo que tantas consultas del médico de cabecera se cierran cada mes?

Suponiendo que fatalmente al SESCAM, servicio público que representa al Estado, no le importe lo que diga la ley (por ejemplo el Estatuto Marco), ni tampoco lo que diga el Tribunal Supremo en sentencia firme (Recuso 4848/2000), ni tampoco el deterioro asistencial que suponen las listas  de espera en atención primaria, ni que sus condiciones (tercermundistas) de trabajo produzcan en su personal de atención continuada más bajas que la silicosis entre los mineros (¿salud laboral?), y en resumen tenga decidido continuar con este estado de cosas que podría aliviarse en gran medida con un calendario rotativo de guardias, y casi resolverse con el cumplimiento de la ley (por ejemplo el EM) y respetando la jurisprudencia, pues bien, dado que todo esto conduce a que el PAC se convierta en una consulta ordinaria a destajo que al mismo tiempo tiene que asistir urgencias graves tanto en el centro de salud como en la vía publica o a domicilio, debería de manera urgente doblar los equipos asistenciales en los PAC y homologar (a equivalente esfuerzo equivalente recompensa) las condiciones laborales y retributivas de sus trabajadores PEAC, que llevan años cargando sobre sus espaldas los vicios del sistema.

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