Opinión

La Historia boomerang

Parece claro que no es lo mismo hablar de "derecha" en economía que de "derecha" en otros marcos conceptuales. Hay por tanto varias derechas y pueden o no coincidir.

Por ejemplo, en economía el PSOE y otros partidos llamados "socialistas" de Europa se han inclinado tanto a la ultraderecha (sobre todo a raíz de aquel movimiento de colaboración con el neoliberalismo, llamado "tercera vía") que para compensar y recomponer un poco su imagen deteriorada han tenido que hacer hincapié y propaganda sobre su ubicación en el "centro" político en relación con otras materias.

Un difícil y dudoso equilibrio porque "las cosas de comer" son el fundamento de casi todo y hasta la estética tiene su base nutricional.

Consecuencia de aquel movimiento estratégico tan erróneo y disolvente fue que varios partidos "socialistas" europeos desaparecieron o tuvieron que refundarse. O huyeron a "colonias" perseguidos por las consecuencias de su corrupción. Como fue el caso de Bettino Craxi.

En general, en economía y a partir de los años ochenta, con una izquierda posmodernizada al timón, hemos avanzado tanto por la derecha que Franco nos ha adelantado por la izquierda.

Es esa izquierda posmoderna, la de la "tercera vía" del pensamiento único, la que le ha hecho el trabajo sucio al neoliberalismo.

Por supuesto luego ha pasado la bandeja y la factura, que para los dueños de todo es calderilla.

Creo que a esto es a lo que se refería la ministra Teresa Ribera (PSOE) cuando estos días y hablando de "modernizar" la gestión de las "eléctricas" (esa cosa), mencionaba y recordaba al dictador como ejemplo de técnicas regulatorias inspiradas por el bien común. O algo así.

Ni que decir tiene que esta mención del dictador como referencia e inspiración del pensamiento social por parte de una ministra "socialista", nos informa hasta qué punto hemos degenerado, o más concretamente ha degenerado el PSOE.

Asumir las situaciones absurdas es cuestión de repetición y costumbre. No se necesita más.

Si nos dicen con asiduidad y a través de los medios adecuados que la ultraderecha económica es de “centro-izquierda", comulgamos. Y a poder ser rápido que empieza el fútbol.

En cualquier caso, era esperable que avanzando siempre en el mismo sentido y por el mismo carril (el de la derecha) en materia económica, nos daríamos de bruces no con el fin de la Historia y la consumación de los tiempos, sino con un tiempo antediluviano anterior incluso al inicio de lo que llamamos "progreso" o "socialdemocracia".

Entre nuestra actual fase degenerativa y el alba de las luces sociales ubicada en un remoto pasado, se situarían fenómenos intermedios como el de Franco ("intervencionista" y “regulador"), al que el escenario actual, que tanto nos recuerda a la selva, adorna con una aura civilizadora y progresista.

No deja de ser desde esta perspectiva, el dictador fascista, un defensor de los derechos sociales y laborales al que le encantaba fusilar trabajadores y obreros.

A tales absurdos nos lleva la decadencia.

En estos días hemos sabido a través de la prensa que algunos gestores delincuentes de nuestras empresas eléctricas han “inflado” las facturas para estafar a sus clientes. Bien está saberlo.

Lo que no sabemos es lo que han hecho nuestros poderes públicos para evitarlo y lo que piensan hacer para repararlo.

Si es que han hecho o van a hacer alguna cosa o todo va a seguir consistiendo en “laissez faire” a los delincuentes.

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