Gana la mafia
Sí dedicamos un rato del día a revisar la prensa (algo que aconsejaba hacer Umberto Eco), casi siempre hay un titular o dos que llaman más nuestra atención. Veamos:
"Más aranceles, gasto militar y compra de energía: claves de la rendición de la UE ante Trump", que firman Irene Castro y Andrés Gil (elDiario.es).
"Líderes políticos y empresariales europeos critican el acuerdo comercial entre EE UU y la UE", que firman Manuel V. Gómez y Silvia Ayuso (El País).
Dos titulares para leer y recordar que nos deparó el 28 de julio. Y vemos que hacen referencia al mismo tema y en un sentido similar, como confirmación de que la sensación de derrota ante la mafia (de Trump) es unánime. Al menos en Europa y desde la perspectiva de los europeos.
Escuchen sin embargo de fondo a los neofascistas antieuropeos -como Abascal- aplaudiendo con las orejas. Algunos de ellos son tan necios o hipócritas -y en definitiva tan poco europeos- que critican el acuerdo alcanzado al mismo tiempo que aplauden y vitorean a Trump.
Los nazis alemanes, apoyados por Trump y Elon Musk, han dicho: "No es un acuerdo, sino una bofetada para los consumidores y las empresas europeas”.
Dicho en términos cinematográficos y/o mafiosos, Úrsula von der Leyen acaba de besar muy humildemente el anillo del gran "padrino", Trump.
Ya lo hizo anteriormente Mark Rutte en el contexto de la OTAN.
Y todo ello demuestra que efectivamente el Estado de bienestar europeo (o sea, Europa) va a ser sacrificado para mejorar las industrias bélica y energética americana.
Gana la mafia. O traducido al lenguaje de los casinos: ¡Gana la banca! O sea, gana Trump.
Lamentablemente, y en lo que se refiere a Europa, también gana Netanyahu. La extorsión de Trump y el genocidio de Netanyahu (tal para cual), prosperan y siguen adelante ante una hornada de líderes europeos llamativamente febles o incluso impresentables.
Con estos líderes, Europa se seguirá hundiendo cada día un poco más en la ignominia.
Visto lo visto, y si nos dejáramos llevar de la conspiranoia que caracteriza a los MAGA, tendríamos que concluir que tanto Mark Rutte como Von Der Leyen, son agentes encubiertos de la CIA, puestos ahí para destruir Europa. Agentes por tanto de Trump, cuyo principal objetivo respecto a Europa es destruirla. Y lo está consiguiendo.
Preferimos sin embargo no unirnos a ese grupo de majaderos, los MAGA, tan obtusos que están descubriendo ahora que Trump, su adorado líder, pertenece a esa "elite" que "chupa la sangre" a los trabajadores. Como su otrora amiguito del alma, el financiero multimillonario Jeffrey Epstein.
Consuela un poco de toda esta mafia y podredumbre a un lado y otro del océano Atlántico, o sea, a un lado y otro del Atlantismo, escuchar (y ver) a Miguel Ángel Revilla explicar algunas cosas y experiencias propias sobre el exministro Montoro, sobre su famosa amnistía de los delincuentes fiscales, una de cuyas condiciones peculiares fue la ocultación de sus nombres. O sobre el otro exministro (y van dos) de M punto Rajoy, Rafael Catalá, ministro de "justicia", y su relación con el negocio del juego, esa adicción destructiva de personas y familias, como el mismo Revilla explica con esa llaneza e indignación propia de la gente antigua.
Y es que hay gente, quizás curtida en otros tiempos, en los que el cinismo de la posmodernidad parece no haber penetrado. Y probablemente Miguel Ángel Revilla es uno de ellos.