Opinión

Ni rastro de lo políticamente incorrecto

Para modernizar una ciudad hay que cambiar esa ciudad. Pero me tomo la licencia de afirmarque, en general, las personas tenemos miedo a ...

Para modernizar una ciudad hay que cambiar esa ciudad. Pero me tomo la licencia de afirmarque, en general, las personas tenemos miedo a los cambios. El arte de un alcalde, es saber cómo y cuándo acometer una serie de reformas necesarias para modernizar la ciudad sin que repercutanegativamente en las próximas elecciones. Suelen ser reformas ‘políticamente incorrectas’ (por aquello de los cambios), pero insisto que ahí es donde está la verdadera responsabilidad del político con sus ciudadanos que le pagan el sueldo.

A ningún político le gusta pedir a sus vecinos que paguen por entrar en un museo o por aparcar en la calle. Incluso cuesta explicarpor qué se va a poner una rotonda dónde antes no había, o por qué se va a construir un parquin donde antes estaba un parque donde jugar con los niños y pasear al perro. Y no digamos lo mal que se vende eso de cobrar una tasa de basuras que antes no existía. Es lo ‘políticamente incorrecto’ de la gestión municipal, pero que con la llegada del siglo XXI se ha hecho en muchas ocasiones inevitable.

Antes de que Zapatero adelantara las elecciones generales al 20 de noviembre del 2011 (el ciclo de 4 años terminaba en marzo del 2012), la gestión política de los ayuntamientos era más independiente de lo que dictaban las sedes nacionales de los partidos grandes. Era aquello de quiénes mejor que el alcalde y sus concejales para saber qué es lo que necesita su ciudad. Pero desde entonces, las elecciones municipales en España se han convertido, casi sin quererlo, en una especie de ‘macrosondeo’de unas elecciones generales que se celebran en apenas medio año después.

Cuesta ya encontrar independencia entre la política municipal y la estatal. Hace dos semanas, un servidor aplaudía el acuerdo que había unido a los grupos de la oposición en el Ayuntamiento de Madrid en contra del equipo de gobierno en minoría de Ahora Madrid: estudiar una rebaja del IBI para el año 2016. Antonio Miguel Carmona (portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid) no hacía más que aplicar una medida incluida en su programa electoral.Y ahora viene el final de la historia: destitución de Carmona sin miramientos por mediación de Sara Hernández (nueva secretaria general del PSOE-M, muy próxima a los colectivos sociales). Un claro guiño a Podemos. Pero, ¿y el programa electoral del PSOE que votaron los madrileños? Al cajón, que en 3 meses se vota al presidente de Gobierno.

No llevamos ni 2 meses con los nuevos ayuntamientos constituidos y se habla poco de responsabilidad política, y mucho de actuaciones de cara a la galería ‘políticamente correctas’ para una sociedad aquejada por la crisis y las instituciones del Estado: quitar retratos del Rey, cambiar nombres de calles, suspender misas festivas, montar webs de desmentidos, desplazarse en bicicleta o en metro e izar banderas no oficiales. ¿El tráfico y la limpieza de las calles? Eso no toca.

Comentarios