Opinión

Un pacto urgente

Quienes defendemos el "Estado del bienestar" sabemos que la sanidad pública es uno de sus pilares irrenunciables, como lo es la educación o el sistema de pensiones. Así que me parece urgente que para defender la sanidad pública el Gobierno de la nación, es decir Pedro Sánchez, y su inédita ministra de Sanidad, cojan el toro por los cuernos y se sienten con los consejeros de sanidad de todas las comunidades autónomas para reflexionar y adoptar nuestro sistema sanitario a las necesidades y retos de este siglo XXI. Sí, ya sé que la sanidad está traspasada, pero por muy traspasada que esté sus problemas tienen que tener una respuesta global por parte del Gobierno junto a las Comunidades Autónomas.

Y es que la crisis de la sanidad pública se da en toda España, en todas las comunidades autónomas y no ahora, sino desde hace tiempo, aunque desde ciertos sectores políticos se quiera reducir a que el problema solo existe en la comunidad autónoma de Madrid. En realidad centrar en Madrid la prueba de la carga tiene algo de tramposo por más que le resulte rentable políticamente a las fuerzas de izquierdas. Pero a lo que voy, el problema de la sanidad no es solo el problema de cómo la gestiona en Madrid Isabel Díaz Ayuso, que evidentemente su gestión en este capítulo deja mucho que desear por no decir que es bastante ineficaz, sino que el problema es, como digo, que hay que repensar el sistema público de salud para toda España.

Eso exige, insisto, un acuerdo entre todas las comunidades, un pacto a la manera de como lo es el Pacto de Toledo respecto a las pensiones. Y dinero, sí, dinero para contratar personal sanitario, desde médicos a celadores, pagándoles sueldos dignos, sueldos, acorde con la formación que han recibido y la responsabilidad que adquieren de cuidar de la salud de todos los ciudadanos. Se necesita también dinero para que la atención primaria funcione sin que se explote a quienes trabajan en ella. Para que cuando vas al centro de salud el médico te pueda atender adecuadamente y dedicarte el tiempo que necesitas según la dolencia y no vaya tan deprisa que todo se reduzca a que vaya escribiendo en el ordenador lo que le cuentas pero sin tiempo para examinarte.

Se necesita también modernizar los hospitales públicos con inversión además de en medios humanos en aparatología. Y se necesita igualmente que nuestro sistema de salud esté aún más en concordancia con los centros de investigación médica, es más, que esos hospitales públicos puedan dedicarse a la investigación con los medios necesarios y que no les racaneen el dinero como hasta ahora. Por no referirme a que en nuestro país nuestros jóvenes investigadores penan porque se les paga mal, no disponen de medios para investigar y al final se tienen que marchar a otros países donde se les facilitan los medios para investigar.

El Estado de las autonomías tiene ventajas pero también el paso del tiempo ha mostrado algunas disfunciones y el de la gestión del sistema sanitario es una de esas disfunciones. Defender un sistema público de salud pasa porque ese sistema no sea diferente en cada comunidad autónoma, y que esté informatizado de tal manera que si uno vive en Barcelona pero se pone enfermo en Cáceres, los médicos del sistema sanitario público obtengan con un solo clic el historial del enfermo.

Y todo esto no se puede demandar a una sola comunidad autónoma sino que hay que demandárselo al Gobierno de la nación para que lidere la reforma urgente y los medios económicos que necesita nuestro sistema sanitario.

Así que se deberían estar celebrando día sí y día también diecisiete manifestaciones, es decir en todas y cada una de las comunidades autónomas o mejor dicho, dieciocho manifestaciones, la más grande, la más importante a las puertas de la Moncloa porque en definitiva es el Gobierno de la nación el último responsable de que la sanidad pública, elemento fundamental del Estado del bienestar, funcione.

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