Tarde y mal

Ya era hora. Sí, ya era hora de que Carlos Mazón dimitiera de su cargo de presidente de la Comunidad Valenciana. Su catastrófica gestión durante la tragedia de la dana hace meses que le debería haber llevado a presentar su dimisión. Pero aferrarse al sillón y no dimitir es algo que es común a muchos políticos de nuestro país sean de derechas o de izquierdas.

De manera que la dimisión de Mazón llega tarde y además ha tenido la desvergüenza de seguir intentando quitarse toda responsabilidad, como si no fuera el principal responsable de la pésima gestión que él y su gobierno llevaron a cabo durante el azote de la dana.

Hay que tener una cara de cemento armado para anunciar su dimisión con cara de sufrimiento, voz quejosa, porque, según dijo, no puede más. Los que no pueden más son las víctimas y los damnificados de aquella tragedia. Y en mi opinión, a su dimisión, le debería seguir la convocatoria de elecciones en la Comunidad Valenciana.

Eso sí, resulta sorprendente que sea la señora Morant, doña Diana Morant, la líder del PSOE en la Comunidad Valenciana amén de ministra de Innovación y Ciencia, quien se lance a pedir la celebración de elecciones. Puesto que la señora Morant se sienta en el Consejo de Ministros, debería sugerirle a su jefe, el Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, lo mismo: que convoque elecciones generales. No escribiré la lista de razones, porque todos las sabemos, y naturalmente las sabe la señora Morant.

Pero vuelvo a lo que sucedió hace un año en la Comunidad Valenciana, que ha puesto de manifiesto no sólo la frivolidad del señor Mazón sino la inconsistencia política de Alberto Nuñez Feijóo. Es Nuñez Feijóo el máximo responsable del PP y por tanto quién tendría que haber invitado a Carlos Mazón a que presentara su dimisión aunque solo fuera por respeto a las víctimas. En cuanto a la celebración de elecciones se equivocara Nuñez Feijóo y sus compañeros de la Comunidad Valenciana si creen que retrasarlas les va a ayudar a que los ciudadanos se olviden de lo sucedido.. Lo dicho, la dimisión de Mazón llega tarde, demasiado tarde. Lo sorprendente es que haya demostrado tanta falta de respeto a las víctimas permaneciendo en el cargo.