¡Socorro. Vivo en Madrid!
Madrid es mi ciudad. La ciudad en la que he nacido, en la que llevo viviendo los muchos años de mi vida y, aunque no soy chauvinista, creo que lo que la hace diferente, única, respecto a otras ciudades, es que aquí todo el mundo es bienvenido y nada más pisar la ciudad ya eres uno más.
Si, Madrid es una ciudad abierta, transgresora, que no presume de nada pudiendo presumir de mucho.
Pero... ¡ay! Los madrileños llevamos años sufriendo algunas de las ocurrencias de nuestras alcaldesas y alcaldes. Por ejemplo, convertir, sobre todo el centro de la ciudad en un gran "plato", o un "manifestódromo". Lo mismo cortan la ciudad para que pase la vuelta ciclista, que para un maratón, o una protesta contra Bruselas, o por lo que sea, o una procesión. Vaya por delante que me parece bien que Madrid acoja todo tipo de acontecimientos, pero siempre y cuando los responsables públicos "piensen" y tengan consideración por los que vivimos aquí.
Pasa la vuelta ciclista o hay previsto un maratón o una procesión y a Madrid la paralizan desde primera ahora de la mañana. No se puede circular. Más vale que no te de un ataque de ciática o de apendicitis o de lo que sea porque llegar al hospital puede convertirse, no en una aventura, sino un sinfín de desventuras. Lo de la vuelta ciclista, el maratón o las procesiones son solo ejemplos, porque las causas para "cortar" la ciudad son de lo más variadas: grabación de películas y anuncios, celebración del Día de lo que sea. Lo mismo sucede con las manifestaciones, cuyas convocatorias suelen ser de lo más variopintas, reivindicar una injusticia social o quejarse por las fechas de recogida del ajo. Y con esto no pretendo molestar a quienes recogen ajos.
El pasado domingo Madrid quedó cortada por la procesión de la Virgen de la Almudena, lo que a los vecinos nos supuso hacer acopio de paciencia y aguantar que cortaran el tráfico desde primera hora de la mañana y una vez comenzada la procesión aguantar "retenidos", con el tráfico cortado, poder llegar a nuestras casas.
Lo de "cortar" calles e instigar a que los ciudadanos participemos en una ginkana para llegar a nuestros domicilios es algo común a todos los equipos municipales sean del color que sean. Y que conste que yo suelo ir andando a todas partes. El problema no es ir andando a tu casa, que en ocasiones dependiendo de la distancia donde te encuentres pues también, sino que sencillamente no te permiten circular por las aceras ni mucho menos cruzar una calle.
A todo esto hay que añadir el sentido lúdico de alcaldesas y alcaldes que parecen pensar que el centro de la ciudad es un parque temático y se dedican a cortar "calles" convirtiéndolas en peatonales para desesperación de los vecinos. En mi opinión, una ciudad, insisto, no es un parque para que pasee Heidi, sino para que quienes la habitamos podamos vivir. Si alguien vive en el extrarradio podrá llegar a la puerta de su casa en coche, pero si vive en el centro más vale que tenga buena salud porque lo normal es que hagan peatonal su calle. De manera que a diario te encuentras en situaciones extremas. Por ejemplo, se te muere una persona allegada y coger un taxi para ir al tanatorio es una pretensión casi, casi irrealizable. A mí ya me ha pasado en varias ocasiones.
Los alcaldes deben de pensar en ciudadanos como mucho treintañeros, con una salud de hierro. Nada de ancianitos, ni de padres con hijos empujando el cochecito donde un bebe duerme placidamente. O de sufridos ciudadanos empujando el carro de la compra o cargando con bolsas.
Ya digo que nuestros regidores municipales, los de antes y los de ahora, han ido convirtiendo el "centro" en un remedo de Parque Temático, donde los tuc-tuc van por donde les parece y los apartamentos turísticos han desnaturalizado los barrios.
Y entre los turistas, igual que entre los autóctonos, hay de todo, pero últimamente abundan los maleducados que no dudan en tirar lo que les sobra al suelo, sean restos de un bocadillo, un pañuelo de papel, una lata de cerveza vacía, colillas de cigarrillos, etc, etc. Por no referirme a los que en vez de entrar en un bar a hacer sus necesidades optan por hacerlas con el mayor descaro en la vía pública. No es un invento, es que lo veo a diario. Porque esa es otra, Madrid está sucia, sucísima, y si el alcalde quiere comprobarlo que se pasee cualquier día de la semana por el centro. Me ofrezco a hacer de cicerone.
Ya puesta me atrevo a pedir que tenga a bien pensar una solución para que los enormes cubos de basura de los edificios no estén en la calle. No solo son antiestéticos, también antihigiénicos.
Si necesitas cualquier cosa, pongamos por caso, hilo, lápices, cacahuetes, detergente, cosas así, pues te las ves y te las deseas porque todos los comercios tradicionales se han convertido en tiendas de souvenirs. Souvenirs hechos en China, naturalmente.
¿Por qué los propietarios de las vetustas viviendas prefieren convertir sus pisos en apartamentos turísticos? Pues como me explicaba uno de mis vecinos, la razón no es otra que te la "juegas" alquilando una vivienda a un inquilino. Si no te paga no le puedes echar salvo que te metas en un proceso judicial y pueden tardar años de espera sin ninguna garantía de que puedas recuperar la vivienda. Solución: los propietarios en vez de alquilar prefieren dedicar la vivienda a apartamentos turísticos, porque saben que van a cobrar y el piso continuará siendo suyo.
O sea que nuestro Gobierno, tan dado a la demagogia de andar por casa, debería plantearse una reforma de la ley de alquileres que tenga en cuenta los derechos de los inquilinos, pero también de los propietarios. Porque si alguien no tiene vivienda el consabido método de la patada en la puerta para ocupar una casa no es la solución. No es un ciudadano particular quien debe solucionar el problema de alguien vulnerable que no tiene donde vivir sino el ayuntamiento, la Comunidad Autónoma y el Gobierno de la nación.
E insisto en que las pocas familias que seguimos resistiendo en las viviendas del "centro" nos topamos con esos turistas de quita y pon, que tanto les da la casa que habitan durante unos días y el comportamiento de algunos es realmente deplorable. Se de lo que hablo porque lo sufro, desde que estropeen el ascensor porque se meten más de los permitidos a escupir en las escaleras, fumar en el portal, amén de organizar juergas hasta las tantas de la mañana. Los turistas están de vacaciones y "pasan" de que los pocos vecinos que quedan en los edificios, tengan que trabajar al día siguiente, o estén enfermos, o se les haya muerto su padre. Sin olvidar la subida insoportable de los precios de los alquileres.
Vivir en Madrid tiene muchas cosas buenas, ya digo que es mi ciudad, en la que quiero seguir viviendo y algún día lejano, morir, pero me gustaría que quienes son responsables de su gestión piensen en quienes viven o no exclusivamente en quienes pasean o vienen de vacaciones.