Opinión

Ni hombre ni mujer de Estado

A veces pienso que nuestros políticos nos toman por tontos o al menos por crédulos irredentos a los que pueden manipular a su antojo. Y es que es todo un espectáculo, un tanto cínico, el que nos están ofreciendo desde que se celebraron las elecciones.

Ciertamente el resultado de las elecciones del 10 de noviembre obliga a los partidos, sobre todo al PSOE que es quién las ha ganado, a intentar buscar acuerdos para poder gobernar. Hasta aquí nada que objetar. Pero las dudas arrecian cuando Pedro Sánchez se atrinchera buscando el visto bueno de ERC para formar gobierno al mismo tiempo que llama a la "responsabilidad" a Ciudadanos y al PP para que le permiten gobernar.

No digo que Sánchez u otros dirigentes del PSOE no deban de hablar con los dirigentes de ERC ¡faltaría más!, deben de hacerlo por múltiples razones, entre otras porque en esta legislatura los responsables políticos deben de intentar devolver la normalidad a Cataluña. Pero dicho esto lo que es evidente es que un Gobierno que dependa de Ezquerra Republicana de Cataluña tendrá que pagar un precio por ese apoyo.

Pedro Sánchez se ha negado a decir una sola palabra sobre el contenido de esa negociación, pero tanto da porque hasta ahora ya se sabe que las peticiones de Ezquerra están fuera del marco de la Constitución.

De manera que sorprende que Pedro Sánchez en campaña dijera que con los independentistas no se podía ir ni a la esquina y que nada mas celebrarse las elecciones les esté buscando como socios preferentes además de a Podemos.

Por cierto que Pedro Sánchez también aseguro que no podía considerar a los podemitas como socios de Gobierno porque no dormiría tranquilo, pero la misma noche de las elecciones cambió radicalmente de opinión.

Pedro Sánchez no ha tenido a bien siquiera intentar otras fórmulas para ser investido Presidente de Gobierno. ¿Por qué en vez de llamar a la puerta de ERC no ha llamado a la puerta de Ciudadanos? ¿Por qué no ha intentado seriamente la abstención del PP? Y es que aunque en las últimas horas les haya pedido que le permitan gobernar, hasta el momento no les ha planteado seriamente ninguna opción. Con quien el PSOE se ha apresurado a negociar es con Podemos y ERC. Esa es la realidad.

Inés Arrimadas ha dado un paso al frente, tardío eso sí, pidiendo una reunión con Sánchez y Casado para intentar que se forme un gobierno constitucionalista. Desde filas socialistas han dicho que hablaran pero sin concretar, y por su parte Pablo Casado ha respondido al llamamiento de Inés Arrimadas diciendo que no piensa facilitar la investidura de Sánchez.

La verdad es que Ciudadanos acierta con la oferta que han hecho a Sánchez y se equivoca Pablo Casado con la estrategia del no.

Claro que también Pedro Sánchez ha dejado dicho que no ve un gobierno factible si no es con Podemos, lo que significa que va a pasar olímpicamente de la oferta de Ciudadanos, pero eso sí pidiendo a esta formación que se abstenga en el pleno de investidura.

En definitiva, Pedro Sánchez parece tener más que decidido que gobernara con Podemos con el apoyo de Ezquerra. Todo lo demás son fuegos de artificio por más que a muchos ciudadanos les cueste entender que el PSOE busque un pacto de investidura con los inductores de un "golpe" a la Constitución, con quienes defienden que quieren romper amarras con el Estado, a los que no les ha temblado la mano ni la voz para crear un cisma en la sociedad catalana, quienes cada dos por tres se burlan del Tribunal Constitucional, por tanto no parece que Esquerra sea el mejor socio para el Gobierno de España.

El único que va a conseguir cumplir con sus expectativas es Pablo Iglesias que nada menos se va a convertir en vicepresidente de Gobierno y que ya está actuando como tal.

Visto el panorama es evidente que en España tenemos políticos cortoplacistas embebidos en sus propias ambiciones pero en estos momentos no tenemos ningún hombre, o mujer, de Estado.

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