Opinión

Zona de confort

No sé mucho de psicología, pero al escuchar al presidente de gobierno  ya entiendo perfectamente el concepto de  zona de confort. En su ...

No sé mucho de psicología, pero al escuchar al presidente de gobierno  ya entiendo perfectamente el concepto de  zona de confort. En su análisis más que  hacer la radiografía de la situación del presente para mostrar la realidad de la sociedad española, hace lo que  casi  todos los políticos, es decir, hablar del pasado y del futuro, por una parte con el agravio y la inquina del que cree que ha sido un salvador o un mesías, y por otra con la idea del que nos quiere convencer de que no hay otra salida posible, porque si hay otro rumbo político  después de las elecciones, el caos y la destrucción serán inevitables.  La palabra riesgo se quiere evitar a toda costa, por ser  maldita e impropia para los que gozan de una zona de confort. Tienen la  impresión de que todo lo novedoso puede ser perjudicial, más aún que la penuria que ha dejado el desplome de los derechos sociales.

Generalmente en todas las facetas de nuestra vida estamos sumergidos en una zona de confort, tenemos bien acotados los límites, a veces por nuestra miopía o por nuestra resignación.  Da lo mismo que  estemos asfixiados o mutilados por todo lo que nos circunda, porque no vemos más allá del espacio y el lugar donde vivimos, porque tenemos miedo de lo que habrá más allá de nuestra mirada. En la película  “Calle Mayor” de Juan Antonio Bardem, estrenada en 1956, la protagonista Isabel se ha acostumbrado a su mundo, que es una vida cerrada, llena de carencias pero aparentemente feliz y estable,  sin embargo a pesar de ser vilipendiada, de sufrir la burla de unos desalmados, no es capaz de tomar el tren que la sacará  de su zona de confort.

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