Opinión

Toledo negro y criminal

En los últimos años se están publicando muchas novelas de género negro ambientadas en Toledo. La ciudad es un personaje más, el escenario propicio para estas narraciones donde el delito campa a sus anchas. La novela negra  casi siempre refleja los bajos fondos de ciudades inmensas o portuarias, con un marcado carácter urbano. Toledo no tiene esas características, pero sí tiene unas condiciones excepcionales para que puedan ocurrir las más amenas e interesantes historias. Se dice que estas novelas están llenas de tópicos, que son novelas de evasión sin otra pretensión que el entretenimiento. En el caso de las novelas negras toledanas hay mucho humor y sarcasmo y también encontramos el vestigio cultural como un principal baluarte en la trama.

Una de las últimas novelas publicadas es “Carcamusas de muerte” de Santiago Sastre. Como el propio autor dice, su intención es hacer una historia con la finalidad de divertir al lector, utilizando una mezcla de géneros.  Antes ya había creado al detective Martín Aldana en las novelas “Mazapán amargo” y “La última sombra del Greco” , que escribió junto a Joaquín García Garijo.  Hay que destacar la importancia de la editorial Ledoria, al publicar gran parte estas narraciones, como “Un  Toledo sin Corpus” de María Ángeles Medina, en la que un organizado comando pretende robar la más preciosa joya de la ciudad. Otra novela interesante es “Profanadas” de Baltasar Magro, sobre el asesinato de monjas en unos conventos toledanos. La exitosa novela  “Lo que encontré bajo el sofá” de Eloy Moreno además de introducir la corrupción política trata también el tema del acoso escolar. Por último, no olvidamos la novela “Compromiso adquirido” de Jesús A. Losana sobre unas investigaciones de la guardia civil en relación a un extraño accidente de tráfico.

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