Opinión

Una sociedad conservadora

Para muchos analistas políticos, los  resultados de las últimas elecciones generales  han dejado la evidencia casi rotunda de que España tiene una sociedad conservadora. Los resultados pueden tener una difícil explicación, al ver  cómo este país ha sufrido una crisis económica, debido a las mismas políticas neoliberales que se siguen manteniendo como las únicas posibles.  También España ha estado asolada por la corrupción política, de pequeña a gran escala,  pero tal indignidad parece ya no afectar al votante medio, porque no castiga a los partidos corruptos, más bien los encumbra como si no hubiera pasado nada.   Pero que  España sea una sociedad conservadora, no quiere decir necesariamente que sea de derechas, quiere decir que prefiere mantener lo que hay, porque nos da un miedo tremendo todo lo que suene a cambio.  Algo parecido ocurría en la década de los noventa, en aquel caso con los gobiernos socialistas,  que se mantuvieron agónicamente hasta que hubo un  cambio drástico de gobierno en 1996.

Hemos aprendido que el techo y el suelo no son  únicamente términos de la construcción de los edificios, porque además son los conceptos referidos a las masas de votantes de un partido político.  Así pues, hemos visto que Podemos ha llegado a su techo o que el suelo del PP es fundamental en las zonas rurales.  Si tuviéramos que indicar las razones de que España sea una sociedad conservadora, es decir, si tuviéramos que aclarar el motivo de por qué sigue ganando Mariano Rajoy las elecciones,  aun siendo el menos activo de los políticos desde las elecciones de diciembre,   yo diría que son el miedo a salir de la zona de confort, que España es una sociedad envejecida y, por último, el  voto fororo de aquellos que votan, como acérrimos aficionados a su equipo de fútbol.

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