Opinión

Referencias

Los discursos, las conversaciones, los artículos  periodísticos están llenos de referencias, que son datos y citas, que a veces parecen balas disparadas sin orden ni concierto.  Los escritores del Siglo de Oro utilizaban las “polianteas”, que eran unas auténticas enciclopedias de misceláneas culturales, donde  aparecían los dioses y héroes mitológicos con sus cuitas y enredos. Todo ello daba erudición a los textos, porque los argumentos de autoridad justifican las ideas aportadas, y el lector se queda absorto por el torrente de información no siempre asimilada. El día a día está lleno de referencias de cualquier ámbito que salen sin pensar, como a Sancho Panza le salían los refranes.

El ministro Salvador Illa en una de sus intervenciones en el Congreso de los Diputados dijo a los líderes conservadores de la oposición que eran “Pili y Mili”. Lo dijo con el convencimiento de que aquella comparación era graciosa y acertada, porque aquellas hermanas gemelas fueron todo un prodigio  de popularidad en los años sesenta.  De hecho, una de sus películas  más aclamadas fue  “Como dos gotas de agua” que dirigió Luis César Amadori en 1963. Si bien, debido al  paso del tiempo también puede ocurrir que  a una gran parte de la población no les diga nada el nombre de aquellas adolescentes, sobre todo si no son asiduos de  Cine de Barrio.

En un programa de televisión un presentador aludió al grupo musical “Locomía”, que tuvo un periodo de gloria a principios de los noventa, mientras un contertulio manejaba un abanico, porque ese grupo de electro-pop los utilizaba en sus actuaciones. Posiblemente la generación del baby boom  tuviera un momento de nostalgia al escuchar aquella referencia que le remontaba a la juventud y a la diversión,  sin embargo nada dice a los jóvenes salvo un nombre en el pozo de un pasado que no han vivido.

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