Opinión

Entretenimiento

La palabra entretenimiento, pronunciada de esta manera sin ningún determinante que la especifique, es aquello por lo que se ha decantado el gobierno español ante la polémica sobre la vacunación de la selección española de fútbol. Debido al positivo por coronavirus de uno de los jugadores antes del campeonato europeo, el ministerio de sanidad ha decidido  administrar las dosis  a todos los integrantes del equipo, aunque todavía no les correspondía por rango de edad.  La argumentación para la defensa de esta postura es la de siempre  “la representación de un país en un campeonato deportivo es tan importante que trasciende  lo meramente lúdico”.

Este hecho ha llevado a varias reflexiones periodísticas y también a que muchos  ciudadanos se mostraran a favor o en contra. Por una parte, se le ha restado importancia, puesto que adelantar cincuenta vacunas no supone ningún descontrol en la planificación médica; pero  por otra parte surge la duda de qué es la representación de un país, sobre todo  porque hay trabajadores esenciales que todavía no han sido vacunados. Los que arriesgaron su vida durante lo más duro de la pandemia en actividades, que no podían parar para que el país no entrara en un mayor colapso, siguen con su misma rutina laboral de entonces.

Vivimos en una sociedad del ocio, por consiguiente todo está encaminado a que  cualquier motivo que genere entretenimiento es tratado como si fuera el yacimiento del mineral más valioso. El entretenimiento no siempre se consigue con espectáculos culturales y el que no tenga hábito de lectura nunca se emocionará al leer un poema. En cambio, en el caso del  fútbol, que  no deja de ser un espectáculo aburrido, todo está basado en la pasión que supone el triunfo o la derrota, además de generar conversaciones casi siempre superficiales, que los lingüistas identifican como el lenguaje de los lugares comunes. Con todo, esto no es una circunstancia de la sociedad actual, en la película “Ladrón de bicicletas” ambientada en la dura posguerra italiana,  Antonio busca por Roma su bicicleta mientras miles de hinchas salen del estadio de fútbol, tristes o alegres por el resultado de su equipo. El fútbol era su forma de entretenimiento y de evasión de una realidad dura y hostil.

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