Opinión

Compramos tu barrio

No cabe duda de que la esencia de las ciudades son los barrios que las conforman. Una persona puede considerarse de Toledo o de Madrid, pero más bien lo que reconoce son los límites y confines de su distrito. Así pues, un ciudadano se identifica con su barrio, puesto que es el espacio en el que se desarrolla su escenario vital. El documental “Compramos tu barrio” ahonda sobre las circunstancias del barrio de Lavapiés, en Madrid, y presenta lo que puede ocurrir en cualquier punto de España, es decir, que los ciudadanos tengan que salir de su barrio por no poder vivir allí, sobre todo aquellos jóvenes que han nacido, han crecido y han sido felices en sus calles. Lo mismo les ocurre a las personas más vulnerables económicamente por los motivos que sean, que están en un éxodo continuo en busca de un lugar donde poder vivir con dignidad.

Posiblemente, desde que Paola Rey estrenara este documental en 2019 ya han sido muchos los vecinos que han abandonado el castizo barrio de Lavapiés. El turismo y la especulación inmobiliaria  son la amenaza para este barrio de  más de seiscientos años de historia, símbolo de la clase obrera y de la multiculturalidad, que deja paso al mundo de la globalización, con los adornos de esa palabra tan oscura denominada “gentrificación”. En la película hay referencias a los últimos establecimientos, bares, tiendas de toda la vida que resisten, como pueden, la llegada de las multinacionales con sus negocios turísticos. Los fondos de inversión llenan todas las paredes de carteles de compra y venta de pisos, y extienden una idea perniciosa de que   la gente pobre no puede vivir en el centro de las ciudades.

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