Hoy 21 de septiembre es el día mundial del Alzheimer. Una fecha que viene ni pintada si comparamos los efectos y secuelas de esta cruel enfermedad con las continuas sinrazones que estamos viviendo.
Nos olvidamos de lo interesante, la concordia y la convivencia en hermandad llegada entre todos los españoles a pesar de todo lo vivido en épocas no muy pasadas. No somos conscientes de los incendios de juzgados que trataban asuntos gürtelianos, como tampoco vivimos la realidad de los recortes al sistema de bienestar que se ha construido en España, dilapidando el sistema de protección a los más necesitados.
¿Donde está la humanidad cristiana de aquellos que se enorgullecen de manera popular? Se me ha olvidado.
España perdió la razón aquellos maravillosos años de hinchazón de la burbuja, que explotó con un sonido atroz que hoy sigue retumbando en los huesos de las necesidades que no se cubren de la gente común.
Nos inventamos conflictos para obviar y despistar la atención a lo que es de interés, las corruptelas de los...el... bueno, diré de quienes debieran cuidar de nosotros siendo elegidos para tal fin.
Alucinamos con conflictos territoriales que no tienen por qué.
No recordamos de donde venimos ni tampoco sabemos decir o proponer ideas elocuentes para solucionar los conflictos que nosotros mismos hemos creado.
Nos perdemos al escuchar los valores que habíamos creado como sociedad sana que fuimos un día.
Dejamos de reconocer a nuestros hermanos, que somos todos los españoles.
Nos irritamos con tan solo escuchar las palabras corrupción, gürtel, España, Cataluña, conflicto...
Al final toda esta cadena de sucesos, nos harán perder músculo para enfrentarnos a lo que realmente importa, la igualdad.
