Habla el Rey
Por primera vez en siete años, es decir desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno, el Rey Felipe VI intervendrá en la sesión estelar de la Asamblea de las Naciones Unidas en Nueva York, y no lo hará el presidente del Gobierno. Gaza estará en el fondo del discurso del jefe del Estado español, que se piensa que insistirá en la idea lanzada recientemente durante su visita a Egipto: la conveniencia de la creación de un Estado palestino y la crítica a los ataques israelíes en la franja. Una intervención esta que molestó en algunos sectores monárquicos, que rechazan que el Rey deba (constitucionalmente) 'hacer la política del Gobierno', aunque sea política internacional.
Sin embargo, tanto en ámbitos gubernamentales como, en el fondo, en los de la oposición se reconoce que "ha sido un paso acertado" por parte de Sánchez conceder el mayor protagonismo al monarca, y no a él mismo: el Rey, sin entrar en innecesarias y a veces absurdas polémicas acerca de si Israel comete o no un 'genocidio' en Gaza, reforzará la posición gubernamental en una Asamblea que estará muy dominada por Trump, siempre aliado, aunque ahora algo crítico, con Netayanhu y poco amigo, por tanto, de las críticas 'excesivas' contra el mandatario israelí.
De hecho, Sánchez evitará presumiblemente todo contacto cercano con Trump. No asistirá, por ejemplo, a la tradicional cena de gala que ofrece el presidente norteamericano a los jefes de Estado y de Gobierno asistentes a la Asamblea neoyorquina. Será Don Felipe quien represente a España en la cena, justo al adía siguiente de su intervención ante la Asamblea (a la que le seguirá, por cierto, la de Zelenski, por lo que se supone que Don Felipe también hablará sobre la invasión de Ucrania por Putin).
Presumiblemente, y dentro de las cautelas diplomáticas que suelen (al menos antes de la 'era Trump') presidir las intervenciones y los encuentros en las asambleas generales de las NN.UU, el discurso del jefe del Estado español, que siempre se atiene a lo prescrito desde el Gobierno, va a gustar poco en los ámbitos republicanos de los Estados Unidos. Aunque, hay que insistir, el discurso del Rey de España será tan cauteloso como suelen serlo todas sus intervenciones públicas, incluyendo la reciente en Egipto que, sin embargo, tanto molestó a algunos monárquicos 'críticos' desde posiciones conservadoras.
En principio, Sánchez mantendrá un perfil relativamente bajo durante su estancia en Nueva York, aunque tiene previstas bastantes reuniones bilaterales. Es consciente, dicen sus próximos, de las reticencias que despierta en ámbitos estadounidenses su radical posición anti-Netanyahu y cuán poco gusta en Washington su actitud inamistosa frente a Donald Trump. La pregunta es si dejar el mayor protagonismo a Felipe VI supondrá dejar la 'patata caliente' en manos del Rey. Puede, si somos mal pensados, que este sea uno de los propósitos de Sánchez al ceder el paso al Monarca.