Opinión

Todo contra Ciudadanos

A falta de otras emociones vivimos en temporada alta de encuestas. Son la foto fija de un momento, pero contienen noticias del futuro. El perfil que dibujan de los líderes políticos suele mantenerse a lo largo del tiempo. También la percepción acerca de los rasgos de identidad de cada uno de los partidos. En ése registro el PP comparece como un partido reñido con la modernidad. Antiguo en el sentido amplio de la palabra.

Un dato clave -reiterado en los últimos sondeos- es que el PP que lidera Mariano Rajoy habría perdido el voto de los electores comprendidos entre los 18 y los 45 años. Sí mañana se celebraran elecciones generales, la mayoría de sus antiguos electores comprendida en esa franja de edad votarían a Ciudadanos. Aunque esa cita con las urnas queda lejos -sobre el papel no será antes del 2020 y por el camino habrá elecciones municipales y autonómicas-, en Génova 13 han visto las orejas al lobo.

La reunión de los jefes regionales del PP con el Presidente del Gobierno, la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro, fue convocada para analizar el nuevo modelo de financiación de las Comunidades Autónomas y para fijar la agenda política de los próximos meses, pero delata la inquietud que se ha instalado en el partido ante el ascenso de Ciudadanos en las encuestas. Quieren contraatacar en un territorio -las administraciones autonómicas- en el que el partido de Albert Rivera apenas tiene implantación. El carácter centralista de su proyecto político para España en apariencia supone desventaja respecto de otros partidos.

Hasta ahora era así. Pero las encuestas también consignan el creciente desencanto de una parte de la población respecto del funcionamiento de los gobiernos autonómicos. El término "recentralización" se está abriendo paso en el debate político nacional. En su manifestación más visceral esta corriente de desafecto es una reacción frente al proceso secesionista impulsado por el gobierno de la "Generalitat" bajo la presidencia de Carles Puigdemont. Ciudadanos capitaliza esa tendencia dentro y fuera de Cataluña. Fue el inopinado vencedor de las elecciones catalanas. Los mismos comicios en los que el PP sufrió una derrota en unos términos (de once diputados, pasó a cuatro) que han instalado al partido en una inquietud que roza el pánico. De ahí la consigna de Génova 13: "todo contra Ciudadanos". Tengo para mí que se equivocan de adversario. Al tiempo.

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