Opinión

Terremoto político

La moción de censura anunciada en Murcia tras un acuerdo entre Ciudadanos y el PSOE para tumbar el presidente regional Fernando López Miras (PP) ha provocado un terremoto político cuyas réplicas alcanzan a otras comunidades en las que el Partido Popular gobierna en coalición con Ciudadanos.

Es el caso de Madrid, donde su presidenta, Isabel Díaz Ayuso, ha reaccionado convocando elecciones anticipadas. A todas luces se trata de un movimiento preventivo ante la posibilidad de que a instancias del PSOE y en acuerdo con Cs repitan la misma operación anunciada en Murcia.

El órdago de Ayuso al parecer ha pillado por sorpresa a la dirección nacional de su partido y deja doblemente descolocado a Pablo Casado, que por los indicios también desconocía la situación que en Murcia ha desembocado en la moción de censura. El desconocimiento de la crisis murciana es desconcertante porque resulta que el secretario general del PP, Teodoro García Egea, es murciano.

En política lo que parece es, y a la luz de estos hechos cobran relieve los recientes encuentros del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con Inés Arrimadas, líder de Ciudadanos. En Murcia los socialistas tienen 17 diputados y Ciudadanos sólo 6. Aún así consiguen la presidencia. Está claro que el pacto tiene un objetivo que escapa de lo regional y se proyecta hacia otras autonomías en las que el PP y Cs gobiernan en coalición como es el caso de Castilla y León, Andalucía y Madrid.

De ahí la reacción fulminante de la presidenta Díaz Ayuso. Es una maniobra preventiva. Un intento de anticiparse al anuncio de una moción de censura que bloquearía la posibilidad de una convocatoria anticipada. En la decisión -arriesgada porque el PSOE en Madrid en las elecciones fue el partido más votado-, se percibe la impronta de Miguel Ángel Rodríguez, el hombre que acompañó a José María Aznar en su viaje a la Moncloa y que a la sazón es el jefe de Gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Cuando escribía estas líneas el desconcierto de Génova -todavía sede el nacional del PP-,contrastaba con la euforia que se vivía en la Puerta del Sol, sede de la Presidencia madrileña. Habrá que prestar mucha atención a las réplicas de este terremoto político.

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