La corrupción y los jueces
A raíz del procesamiento que ha llevado a prisión a Santos Cerdán, ex secretario de organización del PSOE, la expectativa de la investigación que realiza la UCO (agentes de la Guardia Civil en tareas de policía judicial) apunta hacia una presunta financiación irregular del partido. Habrá que demostrarlo, pero, de confirmarse, llovería sobre mojado.
La cosa tiene tradición y escándalos de todos los colores políticos. El cobro ilegal de mordidas a grandes empresas a cambio de adjudicaciones de obras o contratos de servicios ha venido siendo pan cotidiano de la crónica de tribunales. Los partidos políticos -unos más que otros- han invadido todos los ámbitos de poder de la vida del país, se han tornado empresas extractivas que para mantener a sus centenares de cargos, a sus miles de empleados, el alquiler de sus sedes y sus costosas campañas electorales recurren a este tipo de prácticas. Guardamos en la memoria episodios estelares en los que, en el fragor del debate parlamentario, a un político se le calentaba la boca y descubría el pastel. "Ustedes tienen un problema; ustedes tienen el problema del 3%" -le espetó Pasqual Maragall a la cara a Artur Mas aludiendo a las mordidas de CiU.
En otras ocasiones ha sido un contable despechado (casos Filesa, Malesa y Time Export, una red de financiación ilegal del PSOE).O un concejal al que dejaban al margen de la mordida y denunciaba el pastel (el caso Gürtel que afectaba al PP), o los llamados "papeles de Bárcenas", ex tesorero de este partido. Y ahora las investigaciones sobre el "caso Cerdán" o las andanzas de José Luis Ábalos, otro ex secretario de Organización del PSOE. Todas llevan el agua al mismo sitio: a las cuentas opacas de los partidos. No las oficiales.
La lista es larga y llamativa la desvergüenza con la que algunos políticos tratan de marear a la justicia, al tiempo que desvían la atención de la opinión pública señalando casos similares de corrupción de los partidos rivales. Tengo para mí que habría que apoyar más a los jueces en su difícil tarea de hacer justicia frente a este tipo de delitos. Apoyar a los jueces y animar a los fiscales para que cumplan con su misión, extremando la diligencia para que una incorrecta interpretación del principio de dependencia jerárquica no se traduzca en pérdida de la necesaria independencia, para poder hacer cumplir la ley y acabar con la corrupción.