Opinión

Bruselas tumba la reforma

Los hechos son tenaces: a requerimiento de Bruselas el Gobierno ha tenido que dar marcha atrás en su proyecto para colonizar el poder judicial. Es un fiasco político importante al que intentan restar importancia.

Pedro Sánchez, de la mano de Pablo Iglesias, tenía en el telar un proyecto para modificar el sistema de elecciones de los vocales del CGPJ. Orillando lo establecido en la Constitución (Art.122), pretendían que fuera por mayoría simple aduciendo que era la única fórmula para acabar con el bloqueo actual. Como se sabe, PSOE y PP habían alcanzado un acuerdo para normalizar la situación hasta que se cruzó en el camino Podemos (35 diputados) con la pretensión de nombrar algún magistrado afín. Para el Partido Popular (88 diputados) semejante aspiración resulta inaceptable visto que en el partido de Iglesias alienta un impulso anti sistema que les lleva a cuestionar desde la Monarquía hasta el propio régimen democrático del 78.

Sánchez (120 diputados) urgido del apoyo de Podemos y de los independentistas para mantenerse en La Moncloa también había llegado a ofrecer cartas en el juego a sus otros socios de legislatura. La pasada semana, en carta dirigida a las instituciones europeas, 2.500 jueces pertenecientes a las principales asociaciones de magistrados denunciaban que el cambio de las reglas era una "violación del Estado de Derecho". Los jueces precisaban que el proyecto del Ejecutivo "horadaba la independencia del Poder Judicial". Sin duda, la denuncia del mundo de las togas ha sido un factor determinante en la intervención de Bruselas.

Un toque de atención al Gobierno español que Sánchez y su corte mediática trata de disimular aduciendo que como tal el proyecto para modificar el sistema de nombramientos ya estaba "congelado". La responsabilidad política del bloqueo se reparte entre el PSOE y el PP pero de ninguna manera justifica la cacicada que estaban a punto de perpetrar para complacer a sus socios de Gobierno . Lo de Bruselas es algo más que un tirón de orejas. Ojalá sirva para que Pedro Sánchez tome nota de que en democracia nadie, ni tampoco él, está por encima de las normas.

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