Opinión

La batalla de Madrid

La salida de Pablo Iglesias del Gobierno anuncia que la batalla para retener o conquistar la Presidencia de Madrid se va a librar en un registro de crispación política muy elevado. El discurso de Iglesias es guerracivilista; de trazo grueso, anuncia una batalla contra el fascismo y está a dos telediarios de reeditar el "No pasarán" de cuando las tropas de Franco oteaban ya la capital desde las cotas de la Casa de Campo.

En frente tiene a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta que convocó las elecciones, que salta a la palestra con un lema -"comunismo o libertad"- que también destila aroma de pancartas de otra época. Alrededor del cincuenta por ciento de la población de Madrid tiene menos de cuarenta y cinco años. Es probable que si se hiciera una encuesta preguntando qué entiende cada uno de ellos por "fascismo" o "comunismo", salvo excepciones, claro está, el resultado estaría próximo a la ignorancia respecto de lo que son y representaron estos sistemas políticos totalitarios. Iglesias, que sí sabe lo que es y a lo que aspira el comunismo, falsea la historia -entrevista reciente en televisión-, al decir que "el comunismo está en el ADN de la democracia en los países de Europa". Como si durante cincuenta años media Europa no hubiera padecido dictaduras comunistas.

Pero no tuvo réplica. Y ésa es la ventaja con la que juega y jugará a lo largo de la campaña en la que el público joven carece de formación política y se deja reclutar -en uno y otro bando, todo hay que decirlo- por lemas y eslóganes simplistas.

Es mucho lo que está en juego porque Madrid va a convertirse en el laboratorio político que anticipará el resultado de futuros comicios. La polarización será extrema. A los estrategas del PP les viene bien porque al señalar Iglesias como rival a Díaz Ayuso, ése antagonismo contribuye a dejar a un lado al PSOE al tiempo que por un concepto de voto útil podría taponar a Vox, sesgo que ya están reflejando las últimas encuestas. España es mucho más que Madrid, pero en términos políticos el resultado de la batalla de Madrid puede anticipar el futuro de lo que pasará en nuestro país dentro de poco tiempo. 

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