Y llevaba razón. Tal y como vaticinó la semana pasada el secretario de organización del PSOE de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Vaquero, un medio nacional publicaba este lunes una encuesta en la que, con 350 consultas en una región de dos millones de habitantes y un error del 5,35%, se da una futurible victoria al PP en las Autonómicas de 2015.
Como anticipaba la Pitia de Santa María La Blanca, el dato sirve a los ‘populares’ para encontrar rúbrica ciudadana al supuesto apoyo “chavista” del 94% de la población a una reforma del Estatuto de Castilla-La Mancha de la que, en realidad, están escasamente informados los habitantes de esta región.
¡Qué enjambres no habrá en la cocina de algunos medios como para que se revelen a la competencia sus recetas más secretas!
A don Gregorio Jesús no le hizo falta mascar hojas de laurel como a su predecesora de Delfos ni entrar en trance a lo Whoopi Goldberg en “Ghost” para dar en la diana.
Tanto la predicción como su confirmación cantan tanto, que dejan claramente en entredicho los resultados de la misma y, estando a nada más y nada menos que a año y medio de las elecciones, hablar de estas cosas a estas alturas es como varear olivas en tiempo de melones. No toca.
En cualquier caso y eso sí, con más opiniones que las famosas 100 de a pie de urna, la encuesta nos dice que el PP cae un 4,2% en intención de voto respecto a 2011 pero que, contradictoriamente, sube en número de diputados hasta los 27; que el PSOE baja un 0,4% y que cosecha hasta dos diputados menos y que la debacle de los segundos es aprovechada por IU y UPyD para entrar en el hemiciclo con 2 y 1 diputados respectivamente. Eso, claro está, con la ampliación a los 53 escaños aprobada por el Gobierno autonómico hace un año y que, ahora pretende y conseguirá, reformar a la baja hasta dejarlos en entre 25 y 35.
Es ahí donde, tirando de la Ley D’Hondt, más cómodos se mueven los ‘populares’ ya que, aunque dejaran 3 provincias impares, las cuentas les saldrían redondas. Dejarían en la calle a UPyD y aunque IU consiguiera un escaño en Albacete -teoría urdida no sin tino por el portavoz ‘popular’ de las Cortes, Francisco Cañizares- siempre sería a costa del PSOE.
Entre tanto sofrito parlamentario, encuestas electorales y reformas estatutarias, los participantes de estos Juegos Píticos se han olvidado durante estos días de las Olimpiadas que, a diario, han de hacer quienes llevan 5 años en paro, o dan cobijo con sus pensiones a toda una prole desempleada que dar de comer de la olla gorda.
Afanados en sus laureles apolíneos que, como los Juegos Piticos y Olímpicos se disputaban cada cuatro años, se les ha escurrido del discurso, por ser lunes, las largas colas de hambrientos a las puertas de Caritas o Don Cipriano, que el índice de morosidad se acerca peligrosamente al 13%, que hay 100.000 parados más que hace 5 años, que el consumo sigue a la baja, que la atención sanitaria y los recursos educativos siguen siendo menos o que la sangría de castellano-manchegos hacia el extranjero sigue siendo “pateril” aunque se haga en aeroplano.
Todo para poner en valor la nueva fórmula de atraco que, a partir de hoy, se cocina desde y por las mayorías en la Cámara Baja y que, como nuevas reglas de los Juegos Poli-Píticos, servirán para dar coronas de laureles y sillones que calentar de cuatro en cuatro años.
Lo dicho. Desvestidos de discursos lastimeros y de la filosofía griega de los primeros juegos, confirmamos que hemos pasado a la época del Imperio Romano en la que, al igual que ahora, se incluye como evaluable una prueba de “enkomion” o Pantomima.
