Opinión

Feminismo, monarquía y limitación de mandatos

Llega el 8 de marzo y prolifera el protagonismo femenino en los medios. Líderes políticas y mujeres notorias intervienen con mensajes que recuerdan las discriminaciones y reclaman la lista de cambios pendientes para favorecer la igualdad entre ambos sexos. Uno de los detalles que llaman la atención es que, aunque muchas representan a partidos políticos que no se perdonan ni una en el día a día, durante este paréntesis las coincidencias prevalecen y los debates son de guante blanco, como “entre caballeros”. Pero la historia demuestra que las batallas de los colectivos discriminados deben ser rompedoras y abanderar causas que permitan progresar a toda la sociedad. Rosa Parks también consiguió que los “rubios” pudieran sentarse junto a los “morenos”.

Siendo la Casa Real y compañía un montaje que alimenta sin descanso ese noticiero rosa que cultiva todo menos la reivindicación feminista, resulta sospechoso que sus líderes no pidan suprimir esa institución. Estoy convencido que una huelga de hambre de hembras hasta que la monarquía se disuelva conseguiría que muchos machos contaran hasta diez antes de levantar la mano. Sobre todo si la movida consigue el objetivo propuesto.

Por otra parte, dado el altísimo porcentaje de dirigentes políticos masculinos, también resulta incomprensible que no reclamen con urgencia el establecimiento de la limitación de mandatos en todos los niveles, pues la necesaria rotación multiplicaría las oportunidades para las mujeres. Pepa Bueno requirió ayer lunes, en la SER, a Irene Montero sobre si Podemos se sumará o no a la propuesta de C’s para limitar los mandatos del presidente del gobierno, pero no le preguntó si defendería lo mismo para la secretaría general de su partido.

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