Opinión

Tiempo de diálogo. Tiempo de cambios

Luis Martín Santos escribió en la etapa de Posguerra la novela “Tiempo de silencio”, pues era justo lo que en aquella época pasaba. Nadie que ...

Luis Martín Santos escribió en la etapa de Posguerra la novela “Tiempo de silencio”, pues era justo lo que en aquella época pasaba. Nadie que tuviera algo que decir en contra de lo establecido, podía hablar ante la falta de libertad que imperaba, propia de la Dictadura Franquista.

En la actualidad, estamos ante un momento que podría ser en parte equiparable a los inicios de la Democracia, lo que se llamó la Transición Democrática, donde una nueva España nacía gracias a la voluntad de todos los españoles de la época, cuyos designios estaban regidos por S. M. el Rey Don Juan Carlos I de Borbón y Borbón, que hizo posible que la Democracia fuese una realidad dejando en manos de Adolfo Suárez las reformas necesarias, para que aquello pudiera llevarse a cabo.

Ahora, como en aquellos tiempos estamos en un momento de crisis económica, política y social. Como entonces, necesitamos modernizar nuestras instituciones para adaptarlas a las exigencias de la globalización, que es lo que está influyendo de manera determinante a la sociedad del siglo XXI.

Durante este año hemos asistido a varios comicios electorales, cuyos resultados han dado lugar a una gran inestabilidad política, reflejo de la propia Política y por consiguiente, también de la propia sociedad pues ningún gobierno autonómico ni ayuntamiento importante de nuestro país, están siendo gobernados por ningún partido político con mayoría absoluta.

Hago mío el pensamiento y la idea de que la situación de España exige un verdadero cambio de rumbo pero para eso, necesitaremos de una clara voluntad política para ser capaces de tomar las decisiones adecuadas que favorezcan a la ciudadanía, con el objetivo de salir de la crisis, sin que nadie se quede atrás.

Los partidos políticos debemos estar abiertos a los cambios, debemos seguir el camino que por ejemplo, dio S.M. el Rey Don Juan Carlos I cuando decidió marcharse para dejar paso a su hijo S.M. el Rey Don Felipe VI, un monarca nuevo, joven, capaz y que va a saber estar a la altura que las actuales circunstancias requieren para estar al servicio de España y de los españoles.

La verdadera realidad de la Política Española, no se puede ni se debe esconder, puesto que estamos dirigidos por políticos del siglo XX en pleno siglo XXI y aunque puedan aportar experiencia, no pueden ofrecernos nada nuevo, no pueden aportarnos frescura de ideas. Esto se lo pueden y deben aplicárselo en el Partido Popular pues a la ineficacia e incapacidad manifiesta de Mariano Rajoy como Presidente del Gobierno, se le une además el hándicap de ser un señor del Pasado, que para nada puede darnos ya la receta del cambio político que necesitan España y el conjunto de los españoles.

Es tiempo de liderazgos compartidos, tiempo de hablar pero sobre todo, de escuchar al otro de manera que podamos alcanzar acuerdos y es que pase lo que pase en las Elecciones del 20 de diciembre, lo único claro es que va a tocarnos a todas las fuerzas políticas dialogar para alcanzar los acuerdos necesarios por el bien de toda la sociedad española.

Necesitamos varios actores políticos principales para llevar a cabo la tarea de reconstrucción de España y no uno sólo. Quien crea que los partidos políticos, debemos hacer nuestra campaña intentando vender falsas ilusiones y falsas esperanzas a los españoles, entonces a buen seguro se equivocará.

Estoy convencido de que de esta situación no vamos a salir ni gracias al PSOE, ni gracias al PP, ni a Ciudadanos, ni a PODEMOS, ni a ningún otro partido sino gracias al conjunto de todos los partidos políticos. La unión nos va a hacer mucho más fuertes como país, en contraposición de la gran fractura social, política y económica que en estos momentos estamos viviendo.

Esta vez, como siempre ha pasado a lo largo de la Historia, va a triunfar aquel político que sea capaz de entender el mensaje de los ciudadanos, el que sea capaz de aglutinar todas las sensibilidades ideológicas y políticas de nuestro país. Por eso, estoy convencido de que España necesita de ese liderazgo compartido del que he hablado, encabezado por alguien que sea capaz de llenar los espacios de convergencia, no ocuparlos pues entiendo, que ocupar un lugar es hacerlo sin más pero sin ningún contenido claro, mientras que llenarlos los dota del sentido necesario para poder llevar las riendas de un país.

Necesitamos reformas sensatas, serias y de gran calado en materia de Sanidad, Educación, Pensiones y sobre todo, de Empleo. Por ello, creo necesario que se haga una revisión total de la actual Constitución que data del año 1978 aunque a lo largo de su historia, ya ha sufrido varias modificaciones pero esta vez, va a necesitar una verdadera transformación para después cambiar España.

La gente quiere que todos los partidos políticos alcancemos acuerdos pero sobre todo, que se atienda sus demandas, que se les escuche de una vez para entenderles mejor. La gente pide políticos cercanos, que hagan políticas que se entiendan de manera sencilla y clara por el conjunto de España.

La gente está harta de peleas y del clásico “y tú más”. Lo que dice no es más que los políticos se pongan el “mono de trabajo” de tal manera que acaben con la crisis y limpien de una vez las instituciones aquejadas gravemente de casos de corrupción, que tanto nos están sonrojando.

En definitiva, tengo claro que aunque es verdad que en Política hay que saber gobernar los silencios, también hay que saber gobernar los diálogos para alcanzar el clima de normalidad que haga posible una senda de prosperidad real y auténtica y no como la que nos intenta vender el Señor Rajoy, un político inadaptado a las circunstancias actuales, discutido en su propio partido, incapaz de sacar adelante un país porque ni tan siquiera es creíble ni sabe explicar la situación que vivimos actualmente, creando incluso problemas para la normal convivencia de todos los españoles, por culpa de la gran grieta territorial que ha abierto.

Diciembre está a la vuelta de la esquina y España no puede esperar más. Es urgente que el diálogo se instale en la Política porque el silencio no soluciona los problemas que tenemos sino más bien, ocasiona más. Por ello, frente al silencio e inmovilismo de Rajoy, otros partidos tenemos una solución: hablar con todos para cambiar España.

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