Sólo se habla de las gafas...
He de reconocer que no esperaba que una comparecencia iba a dar para que pudiera escribir dos artículos en menos de seis horas. Nunca me había pasado. Lo confieso pero siempre hay una primera vez.
Muy mal síntoma ese de que en vez de hablar de la comparecencia del Presidente del Gobierno y del contenido de la misma, todo haya quedado reducido a las gafas que llevaba hoy el Jefe del Ejecutivo.
Y me lo parece porque si esto está sucediendo, es porque en realidad, el esperpento de comparecencia que han montado la alianza de PP y VOX es para que los votantes en general se piensen si merece la pena arrimarse a la urna para depositar la papeleta de una de estas dos formaciones políticas.
Recuerdo que muchas veces en el sentir generalizado de la calle, ha quedado esa sensación de que las comisiones de investigación en el Congreso o en el Senado, no han servido nunca para nada. En esta ocasión, podríamos decir que ha vuelto a suceder pero fíjense si ha servido que puedo decir sin equivocarme que ésta lo ha hecho para sacar a relucir que esta vez, al Partido Popular no puedan salvarle ni siquiera los medios de comunicación digamos más afines.
Y es que llevo observando durante toda la tarde en Internet y en las redes sociales que de lo único que hablan es de las gafas del Presidente del Gobierno. ¡De las gafas! Tiene tela el asunto…
No se habla ni de Ábalos ni de Koldo ni de la ansiada caja B del PSOE que no aparece ni a tiros (ni parece que vaya a aparecer más allá de en la imaginación de los genoveses) ni de sobres, ni de nada que se lo parezca. Y es que cuando nada hay, de nada se puede hablar.
Hoy el partido que de forma probada se financió de manera irregular durante años como así constató aquella sentencia judicial de la Audiencia Nacional del año dos mil dieciocho, no ha podido sacar de boca de Pedro Sánchez nada que haga sospechar algún tipo de irregularidad en las cuentas del PSOE y como era de esperar, el cabreo que se han pillado ha sido de los que hacen época.
Y tras este dislate genovés, llevan toda la tarde y toda la noche intentando desviar la atención ejerciendo su legítimo derecho a la pataleta como si fueran niños pequeños que ven que no se han salido con la suya.
Si ya esta mañana he visto desesperación, descuadre y a un partido totalmente desarbolado, lo de los medios de comunicación pedrojotianos y compañía, más nerviosos y perdidos que el barco del arroz pero el tema es que llevan perdidos casi siete años y medio ya.
Andan rabiosos porque no consiguen deshacerse de Pedro Sánchez. Apelan ya a antiguos dirigentes socialistas para ver si por ahí rascan algo pero tampoco eso les funciona y lo de este jueves ha sido ya la constatación de un rumbo perdido y sin norte alguno.
Por eso, les molesta que se les diga una y otra vez que no tienen proyecto para España pero es que no sólo eso: no tienen proyecto ni para Europa ni para el mundo en general. Su proyecto es tan nulo que todo se reduce a un conjunto de retailas sin sentido, balbuceos indescriptibles que en ocasiones nos dejan al resto boquiabiertos y sin saber si reír o llorar del desastre que montan ellos solos.
Y como es de un tamaño tan enorme el desaguisado que tienen formado que ya hace tiempo que la prensa amiga hablan de cualquier sandez antes que de algo realmente serio e importante para el país. Eso sí, aprovechan cualquier chorrada insignificante para arremeter contra Pedro Sánchez pero lo de hoy con las gafas ya ha sido épico.
De verdad que no me esperaba que este asunto estético del inquilino de Moncloa fuese a ser el centro de la conversación pública pero que sea de lo único que se hable viene a concluir lo que dijo Gabriel Rufián hace unos días y que se ha cumplido: que esta comparecencia más que servir para acorralar, poner contra las cuerdas o, incluso acabar con Pedro Sánchez resulta que ha servido efectivamente para reforzarlo quizás hasta límites que ahora mismo no podemos ni sospechar.
Pero lo que de verdad era insospechado para propios y extraños, es que las gafas del Presidente eclipsara todo lo ocurrido en la Cámara Alta pero así ha sido.
Por eso, puedo concluir este texto con la indudable afirmación de que el fracaso del Partido Popular y de VOX (sobre todo de los del charrán) ha sido memorable, sí porque me da que esto puede tardar en olvidarse y es que por mucho que lo hayan puesto justo después del homenaje a las víctimas de la DANA de Valencia y así tapar las vergüenzas del miserable Carles Mazón, lo que han conseguido es que para el recuerdo quede el profundo asco que produce este ser inmundo y despreciable mientras que de la comparecencia de Pedro Sánchez quede para la Historia, que éste llevaba unas gafas de unos trescientos euros y nada más.
Por eso, el espantoso ridículo de gavioteros y voxeros se vean a través de las lentes y las pastas de esas gafas como un simple escenario grotesco propio quizás de una película de Berlanga.