Opinión

Libertad para morir con dignidad

Esta semana, se ha aprobado definitivamente la proposición de Ley de la regulación de la Eutanasia que ha salido con una amplia mayoría en el Congreso de los Diputados y que ahora, pasará al Senado donde el Partido Socialista Obrero Español tiene la mayoría absoluta, por lo que la norma no será devuelta a la Cámara Baja y definitivamente, será aprobada. 

Con la despenalización de la eutanasia, se pondrá fin a una lucha de años que ha habido en nuestra sociedad donde el precursor fue Ramón Sampedro, el cual quiso poner fin a su vida ayudado por su asistenta Ramona Maneiro. Historia que incluso llevó al cine Alejandro Amenábar que fue la oscarizada “Mar Adentro” que protagonizó Javier Bardem. 

Aún recuerdo aquel momento y se me quedó grabado para siempre como algo insólito en nuestro país y que abrió un camino que, en mi opinión, mereció la pena abriéndose un debate donde hubo fuertes defensores y también fuertes detractores de la “buena muerte” que es lo que significa en sí la palabra eutanasia cuyo origen es griego (eu- bueno; thanatos muerte).

Como muchas veces ha ocurrido en este país, nos hemos vuelto a encontrar con la Iglesia como la principal defensora del NO a la eutanasia, como ya hiciera con el divorcio o la ley de uniones de personas del mismo sexo o el aborto en contraposición con los postulados de la Izquierda y más concretamente del PSOE, que no hace más que seguir la pauta que marca la voluntad de la calle. 

Y esto conviene remarcarlo y dedicárselo al señor Adolfo Suárez Illana, actual Diputado Nacional del PP cuyo padre Adolfo Suárez González siendo Presidente del Gobierno pronunció aquella famosa frase de "elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal". Se ve que en este caso, el hijo no aprendió nada de su padre a juzgar por su talante, sus formas y sus hechos los cuales son más cercanos a la radicalidad de aquellos que incluso negaron la paz al Presidente del Gobierno en misa que situarse en los postulados moderados y razonables en los que en ocasiones, supo estar el iniciador de esta saga familiar. 

Y es que dicen que en los oscuros años de la Dictadura de Franco, quien tenía dinero disponía de los mejores médicos. Incluso son conocidas las historias de mujeres españolas que viajaban al extranjero para abortar, las cuales no eran sino señoras de familias acomodadas y a buen seguro, todos conocemos algún caso en concreto de esto que estoy relatando. 

También es reconocida la aversión que le produce a la Derecha Española la legalización del matrimonio de parejas del mismo sexo, que fue recurrida al Tribunal Constitucional por el Partido Popular y que, finalmente fue rechazada por el Alto Tribunal el seis de noviembre de dos mil doce. Y además, esto resulta muy curioso puesto que por poner un ejemplo, el Portavoz del Senado del PP Javier Maroto se casó el dieciocho de septiembre de dos mil quince con otro hombre. Sí, ese mismo que habla de lo malo que es que el PSOE pacte con Bildu los Presupuestos Generales del Estado, pero bien que él fue Alcalde de Vitoria gracias a los votos de esta formación política dejando una frase para la Historia: “No me tiemblan las piernas para llegar a acuerdos con nadie. Y creo que eso es bueno. Ojalá sucediese en más foros. Ojalá cundiese el ejemplo”. Cita que dejó Maroto como respuesta al concejal de Bildu Antxon Belakortu durante un debate presupuestario, información recogida en el diario EL MUNDO del País Vasco el 9 de enero de 2013. 

Además, quiero añadir que en mi opinión, nadie debe tener el derecho a decidir sobre la libertad individual de cada uno, siempre que ésta no perjudique a nadie. 

Y digo esto porque conviene recordar que entre los electores de los partidos de la Derecha estoy seguro que hay diversidad de opiniones sobre temas como el aborto, el divorcio y la eutanasia y es que el pensamiento de cada ser humano es libre y a la vez, muy diverso puesto que nadie tiene derecho a entrometerse ni a influir en él. 

También es conveniente traer aquí que la eutanasia no es una obligación, sino un derecho reconocido por las Cortes Españolas y que por tanto, puede ser ejercido o no por cualquier ciudadano de nuestro país siempre que lo quiera. Y es que nadie nos va a obligar a que se nos practique la eutanasia pero tampoco a partir de ahora, nadie podrá obligar a que ésta no pueda ser practicada. Incluso, dicha norma también ampara el derecho al médico que quiera suministrar fármacos para realizar la muerte digna así como poder ese galeno ejercer libremente su derecho a no practicarla pues hay algo que subyace de todo esto: la libertad de conciencia. 

Y es que algunos políticos que dicen defender a España como un Estado de Derecho, lo que en realidad defienden con sus actos es que España sea un país de Derechas y no, señores. Eso no es lo mismo. 

En mis convicciones socialdemócratas caben todo tipo de libertades que les deben ser inherentes al ser humano y por tanto, no puedo estar más de acuerdo con que éstas se reconozcan en todo tipo de ámbitos de la vida humana. 

Siento discrepar nuevamente con la Iglesia Católica pero he de decirles que ya Jesucristo dijo aquello de “a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” explicando en aquel momento que Él como ciudadano de Roma que era, no sentía la necesidad de ir contra el pago del tributo al César como miembro de esa sociedad que era. Por eso, bien estaría pues que los siguientes pasos a dar en nuestro país fuesen dos: que la Iglesia Católica no reciba nunca más dinero del Estado y por tanto, eliminar la casilla de la renta definitivamente así como la obligatoriedad del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles por parte de ésta como cualquier ciudadano de este país tenemos el deber de realizar. Y si por si fuera poco, hay un artículo de la Carta Magna que es el 16.3 el cual indica literalmente que “ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones” y que sirve pues para reforzar mi razonamiento.

Es por eso que con estas razones aquí esgrimidas, el paso dado por nuestra sociedad en materia de reconocimiento de derechos a la ciudadanía es tal que se está normalizando de una vez por todas mediante leyes, todo aquello que en la calle lleva tiempo siendo algo normalizado dejando patente una vez más, que la Política no puede ir nunca detrás del sentir general expresado por la gente y es por eso que más tarde o más temprano, la Derecha de este país tendrá que rendirse a la evidencia y reconocer los derechos y libertades que han sido reconocidos gracias al empuje de la mayoría de la calle y la eutanasia es un hecho más que avala esta tesis. 

Por este motivo, quiero traer aquí las palabras pronunciadas por el actual Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez cuando anunció que el Grupo Socialista del Congreso de los Diputados había presentado la moción de censura contra el Gobierno de Rajoy las cuales venían a decir que España merecía tener un ejecutivo que devolviera la dignidad a las instituciones del Estado y con esta ley, defendida de manera impecable por la ex Ministra de Sanidad María Luisa Carcedo (médico de profesión), se hace posible que desde ya podamos tener acceso de manera libre a una muerte que ante todo y sobre todo, sea digna donde nadie pueda tener la potestad legal de impedirlo cuando ya la propia vida es más dolorosa incluso que la propia muerte. 

Y es que ya lo dijo Nelson Mandela: “privar a las personas de sus derechos humanos es poner en tela de juicio su propia humanidad”.

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