Opinión

Carta al usuario que amenaza y presiona

Por Natalia Álamo Rodríguez

Seguramente, cuando escuchas las palabras: TRABAJADOR/A SOCIAL, te viene a la mente una imagen, que muchas veces no tiene nada que ver con lo que somos y lo hacemos. 

Dependiendo de la experiencia que hayan tenido con nosotros, así nos ven.

A diario escucho críticas, quejas hacia mí persona, pero ¿sabrá la gente que algunos días me voy del despacho con la sensación de que ciertas familias con las que trabajo, me odian? ¿Lo mal que me siento cuando me dicen: necesitamos ayuda pero no queremos venir a verte para que no nos quites al niño?

Sensación totalmente opuesta a cuando recibo comentarios del tipo: Vengo a verte para que me des una ayuda económica, sin más, y si no lo haces recibes presiones, amenazas e incluso algún intento de agresión. Lo que siento es enfado, porque “nos obligan” muchas veces a gestionar prestaciones económicas a personas que no están en una situación de emergencia y que tampoco aceptan nuestra intervención, por el mero hecho de no tener problemas con ellos.

Recientemente he vivido una situación complicada, ya solucionada, pero me queda algo que decir:

Estimado usuario que me acosas y presionas, te voy a contar unas cuantas cosas acerca de mí y de mi profesión:

  • Cuando entrevisto a alguien por primera vez, me preparo muy bien, de hecho, llevo preparándome y estudiando desde 2010 que comencé la carrera. No pienses que no sé hacer mi trabajo o que soy una ignorante.

  • Ya me ha pasado varias veces entrevistar a alguien que dice llevar años sin trabajo y sin ingresos y sin embargo todos los miembros de la unidad familiar llevan un móvil de última generación, incluidos los niños pequeños, entre otros detalles. Quiero que sepas que, aparte de ver la documentación que traes y la historia que cuentas, observo, y observo mucho.

  • No hay nada más satisfactorio para los profesionales de lo social, que una persona que desnuda sus sentimientos ante ti. Alguien sincero que te cuente la verdad. Por esas familias me entrego. Que sepas que en la mayoría de ocasiones, se suelen detectar las mentiras y cuando una persona oculta algo, “no es de fiar” y eso, puede repercutirte en un futuro.

  • Puedes tener claro que, además de las prestaciones económicas, he valorado múltiples recursos donde derivarte y ayudarte en otros ámbitos de tú vida, como el laboral, formación, familiar, salud, vivienda, etc. Pero no te interesa y no quieres colaborar.

  • Porque me llames a diario por teléfono no voy a priorizarte sobre otras familias con más problemas que tú.

  • Porque me esperes a la salida del trabajo apoyado en mi coche, me bloquees el paso y me sigas cuando camino por la calle, no voy a hacer lo que tú me impones. Debido a tal presión me obligas a mirar varias veces las calles cuando salgo y eso no es nada agradable, sólo estoy haciendo mi trabajo.

  • Así que, a pesar de todo, siento decirte que no, NO HAY AYUDA ECONÓMICA, de eso no se compone mí trabajo. Siento ser para ti “mala” como me dijiste en la última llamada.

P.D. Seguiré yendo a trabajar con la misma ilusión y ganas de ayudar a las personas, que el primer día.

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