Opinión

Page mantiene la ambigüedad aunque se posiciona en el ring político de CLM

El futuro político del secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page sigue siendo una incógnita, aunque parece evidente que jugará un papel destacado dentro de la estructura orgánica del partido, -a la hora de diseñar una hoja de ruta y elegir un nuevo líder nacional-, aunque su opción más clara sigue siendo la lucha por la Presidencia de la Junta de Comunidades.

El futuro político del secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page sigue siendo una incógnita, aunque parece evidente que jugará un papel destacado dentro de la estructura orgánica del partido, -a la hora de diseñar una hoja de ruta y elegir un nuevo líder nacional-, aunque su opción más clara sigue siendo la lucha por la Presidencia de la Junta de Comunidades.

En el debate interno sobre futuros posibles candidatos, el nombre de García-Page está en las quinielas, y adquiere cada vez más relevancia debido a la falta de claridad en el PSOE para optar por un dirigente socialista que sea cabeza de cartel en las futuras elecciones nacionales, y que además tenga posibilidades de éxito en las urnas.

La apuesta por situar a Eduardo Madina en el centro del debate, no parece que haya tenido el suficiente calado entre los militantes y simpatizantes del PSOE, y ha parecido más una especie de globo sonda lanzada desde ámbitos del ex presidente Zapatero, que de ser una referencia con posibilidades reales.

El principal partido de la oposición sigue en la búsqueda de un perfil moderado, combativo contra las políticas neoliberales, carismático, que vuelva a ser un referente claro de la izquierda, con experiencia política, y que pudiera aunar las diferentes corrientes ideológicas que cohabitan actualmente en la sede de la calle Ferraz.

García-Page está entre el grupo de “tapados”, entre los que se encontraría Patxi López, Tomás Gómez o incluso José Antonio Griñán, mientras que en la superficie mediática se siguen barajando los nombres de Eduardo Madina, Elena Valenciano o la propia Carme Chacón. Lo que parece ya muy claro, es que en el PSOE se ha asimilado que el actual secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, debe pasar a un segundo plano, y entregar el testigo del liderazgo, debido a su inevitable agotamiento, la pérdida de confianza en las bases y el electorado, y su baja intensidad dialéctica.

En cuanto a la hoja de ruta programática y de acción política, parece que el presidente de la Junta de Andalucía y también presidente del PSOE a nivel nacional, José Antonio Griñán está mostrando al partido que existe otra forma de hacer política, en estos tiempos de recesión, crisis y problemas serios en las economías familiares, limitadas y condenadas a llegar mal a fin de mes.

Desde esta perspectiva, las diferentes iniciativas legislativas impulsadas por el Consejo de Gobierno andaluz parece que está siendo muy bien acogidas por una ciudadanía, que se siente víctima de las políticas de recorte y ajuste presupuestario, y que pide soluciones a la excesiva presión fiscal, al problema de los desahucios, a la crisis económica, al paro y que día tras día, se acerca un poco más al umbral de la pobreza.

En cuanto a las primarias, y la futura estructura que debe tener el PSOE, no parece claro que la bicefalia sea la mejor opción, como barajaba esta semana el líder del PSOE en la Comunidad Autónoma, firme defensor de que el candidato no tenga que ser necesariamente el secretario general, sin embargo, la experiencia en los dos partidos mayoritarios no es buena a la hora de dividir o fragmentar los liderazgos, y parece más contundente para las aspiraciones de gobierno que tiene el PSOE, que el líder sea también el secretario general, entre otras cosas, porque si de algo está falto actualmente el socialismo español es de una mayor profundidad mediática, algo que se otorga siendo referente diario de la actualidad política, sin divisiones y sin descoordinaciones.

En cualquier caso, sea quien sea la persona encargada de dirigir los designios del PSOE, contará con la participación y la visión del actual alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, quién poco a poco se está alejando de la ambigüedad y del doble discurso, para situarse al otro lado del ring político castellano-manchego, con el horizonte puesto, sin dudarlo, en su candidatura a la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. 

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