Opinión

Nuevos modelos de familia en la derecha urbana, olvidados por Cospedal

Uno de los problemas con los que se encuentra actualmente el PP, en su acusada pérdida de intención de voto, es el marcado distanciamiento que está experimentando con respecto a los nuevos modelos de familia, como las familias monoparentales, los matrimonios homosexuales, las nuevas integraciones familiares creadas por divorciados, separados, o personas viudas, las parejas de hecho, además de una nuevo espectro electoral, con raíces en la tradicional derecha española, que se ha ido transformando hacia un liberalismo urbano opuesto a las políticas de Berlín.

El Plan Estratégico de Familia 2013-2016 de Castilla-La Mancha fue presentado por la presidenta de la Junta de Comunidades, María Dolores de Cospedal, como un ideario ético que recuerda que las políticas deben situar a la unidad familiar en el centro de la acción ejecutiva y legislativa, y anunciando un compromiso institucional de carácter transversal, con la creación del Consejo Asesor Regional de la Familia, un nuevo órgano asesor al que acudirá el Gobierno autonómico para consultar aspectos de las futuras iniciativas legislativas, relacionadas con el mundo de la familia.

Cospedal no hizo otra cosa, el Día Internacional de la Familia, que extender el artículo 39 de la Constitución Española a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, para volver a manifestar que los poderes públicos deben velar por la protección social, económica y jurídica de la Familia, prestando asistencia en situaciones de vulnerabilidad que puedan producirse dentro del ámbito familiar, con especial incidencia en la protección de los menores.

La Familia a diferencia de la clase política, sigue siendo la institución mejor valorada por los ciudadanos, como reflejan las encuestas del CIS, e incluso existen Informes, como el que promocionaba Coca-Cola, que vincula la estabilidad familiar con la felicidad para un 80 por ciento de la población española.

No es de extrañar, que en momentos de tanta zozobra para los dirigentes, y tras la pérdida de confianza de los ciudadanos con respecto a sus gobernantes, los políticos busquen mejorar su imagen, relacionando la actividad política con la familia, sin embargo, si hay una estructura viva que está sufriendo los recortes, las políticas de ajuste, y la reducción presupuestaria, sin lugar a dudas, es la familia, que en la mayoría de los casos, ya no sólo ha perdido poder adquisitivo, o sufre bajadas de salario, o camina hacia el umbral de la pobreza, sino que cuando se habla de dificultades económicas para poder llegar a fin de mes, o del final de las prestaciones por desempleo, quién también se sitúa en el centro de esta tormenta financiera, es la propia Familia, víctima principal de la actual coyuntura.

En esta dura época de crisis económica y profunda recesión, en la que se encuentra asumida España, la familia ha vuelto a erigirse con la única institución que realmente ofrece confianza a los ciudadanos, quizás porque en épocas de ‘vacas flacas’, la familia ha ampliado sus competencias, transformándose en refugio, o acogiendo a un mayor número de integrantes, con el mismo espacio.

Por último, recordar que el modelo de familia también ha sufrido cambios, y que la familia tradicional, a la que se dirige la derecha ideológica española en sus mensajes, también ha podido evolucionar paralelamente al desarrollo democrático.

Uno de los problemas con los que se encuentra actualmente el PP, en su acusada pérdida de intención de voto, es el marcado distanciamiento que está experimentando con respecto a los nuevos modelos de familia, como las familias monoparentales, los matrimonios homosexuales, las nuevas integraciones familiares creadas por divorciados, separados, o personas viudas, las parejas de hecho, además de una nuevo espectro electoral, con raíces en la tradicional derecha española, que se ha ido transformando hacia un liberalismo urbano, tendente a ocupar el centro ideológico, con una marcada tendencia laica, opuesto a las directrices de la políticas teledirigidas desde Berlín, que apuesta por un gran pacto entre fuerzas políticas, y que sobre todo, se opone a la futura ley del aborto, que planteaba el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y que por razones electorales, se ha vuelto a esconder en la agenda reformista del Gobierno. 

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